Rebeca Pérez: «Si un diseño no tiene una función y un objetivo no es un buen diseño»

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Rebeca Pérez lleva más de una década trabajando en la decoración y el diseño de interiores de vivienda en el estudio de arquitectura Atlant de Vent Arquitectos. Desde su perspectiva considera que en la isla hay un excelente nivel en este campo e invita a los extranjeros «que se traen todo de fuera» a que confíen en los profesionales de aquí porque en Ibiza se hacen «grandes proyectos».

—¿En qué tendencias se mueve ahora el diseño de interiores?
—Está todo de vuelta. Como todas las modas, la decoración fluctúa, sube y baja. Hemos pasado de una época muy minimal de todo blanco, aceros, brillo o cristal al polo opuesto. Ahora la materia está muy de moda: las piedras, la madera, los áridos como el cemento… En cuanto a mobiliario o textil, ahora se llevan los tejidos naturales, el lino, los algodones o el terciopelo, que está súper de moda, aunque en Ibiza no nos pega mucho (sonríe).

—En las ferias de este año se ve mucho colorido y combinación de materiales…
—Sí. Estamos huyendo de los tonos blancos y más fríos para dar más colorido. Lo que se busca ahora es un efecto más acogedor y más humano.

—¿Se vuelve a lo funcional?
— Bueno, la arquitectura sigue siendo la misma, hay cosas que no cambian como la luz, el espacio o la orientación. Luego está el buen hacer del diseñador. Para mi si no es funcional no es un buen diseño. El diseño industrial se inventó para esto, tiene que tener una función y un objetivo; si no es así, es solo un objeto que te puede gustar más o menos, pero no es funcional.

—¿Cuáles son sus materiales preferidos para trabajar?
—Me gusta la piedra natural, los granitos, mármoles… También me encanta el corian, un material muy tecnológico hecho a base de minerales y resina que tiene unas cualidades fabulosas y que te permite unas posibilidades infinitas: lo puedes doblar dándole calor, troquelar… Se puede hacer lo que quieras.

—¿Cómo ha afectado la crisis a sus sector?
—Desde el punto de vista económico se han cerrado muchos negocios y grandes marcas han pegado bajones, pero desde el punto de vista creativo creo que la necesidad nos ha agudizado el ingenio.

—Por ejemplo, ¿una vivienda ha de tener un nexo común aunque cada espacio sea distinto?
—Sin duda. Las viviendas tienen que tener un lenguaje general. Obviamente las estancias tienen que ser diferentes, pero dentro de un hilo conductor. Siempre tiene que que haber una línea en los materiales o quizás en los colores, algo que represente a la casa.

—Usted ha decorado mansiones de millonarios, ¿los hay muy extravagantes?
—Hay de todo. Se piensa que el millonario por tener mucho dinero es más extravagante, pero creo que es una cuestión que va más con la edad que con la cartera. Con 20 años no te gustan las mismas cosas que con 40 y eso también pasa en el diseño.

—¿Tenemos un buen nivel de diseñadores en Ibiza?
—Creo que tenemos un nivel bueno, comparado con otros sitios del mundo, aunque también podríamos estar mejor. A veces veo una tendencia de querer hacer algo que sorprenda demasiado, de querer cubrir todas las expectativas, y así se pierde un poco el norte de la funcionalidad. Muchas veces la gente va a la efecto ‘¡guauu!’, y después resulta que en el sitio no están muy a gusto. Creo que más que tener el sofá de moda habría que empeñarse en las cosas técnicas, en las cosas básicas de un diseño, en las proporciones, la medida o el color.

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