Rolf Blakstad, «El minimalismo ha estado muy presente en las casas payesas»

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Juan Suárez
Juan Suárez
Adjunto a gerencia de Diario de Ibiza.

Diseñador de espacios. Es el heredero natural del proyecto de desarrollo de la vivienda tradicional y de la casa payesa que inició su padre. Mantiene vivo su legado y trata de culminar los sueños del famoso arquitecto canadiense buscando la forma de construir viviendas más sostenibles y ecológicas sin perder las raíces de la tradición y sabiduría milenaria de la arquitectura tradicional. Por ello diseña casas para vivir a gusto y disfrutarlas, en donde el equilibrio, la luz y los espacios armónicos permiten que sus habitantes se puedan fundir en ellos. Defiende la vigencia del diseño tradicional ante lo moderno y minimalista porque la arquitectura es continuidad.

Rolf Blakstad mantiene viva las ideas y el legado de su padre, Rolph, auténtico promotor de la evolución de la casa payesa a la que convirtió en un icono de la arquitectura internacional. Sueña con una casa ecléctica y desordenada, muy activa, para disfrutarla.

—Me llama la atención que ha cambiado el nombre de Rolph de su padre por el Rolf suyo. ¿Es un signo de nuevos tiempos?
—Fue mi padre quien me lo cambió. Mi abuelo era noruego y mi padre nació en Canadá, así que mi abuelo decidió hacer el nombre más anglosajón y mi padre lo retornó a la forma clásica noruega.

—¿Cómo va el legado Blakstad?
—Ante todo me gustaría aclarar que no soy arquitecto licenciado, me dedico al diseño. El legado va muy bien, en el sentido que después de mucho tiempo está de moda el diseño de vivienda tradicional, se buscan hogares más cálidos, con acabados más rústicos y se distancia del minimalismo. Son ciclos que pasan y ahora mismo están en auge las casas rústicas.

—¿En un sitio como Ibiza con tanta luz es más fácil crear interiores luminosos o cálidos?
—Durante mucho tiempo del año estás queriendo atenuar la luz. Esto es lo que le encanta y sorprende a la gente que viene del norte de Europa. Quedan impresionados por la maravillosa luz que hay en la isla, especialmente la que aparece después de un día de viento y lluvia. Es impresionante.

—¿Qué papel juega la luz en los espacios?
—Crea mucha profundidad en el juego de distintas cantidades de luz, en las diferentes dependencias y a través de las aperturas se puede apreciar que hay otras estancias y darle más profundidad al espacio. Con buena luz se consigue más amplitud en un espacio sin tener que recurrir a ventanas o puertas.

«La casa es evolutiva, puede mutar a través del tiempo según las necesidades  familiares o del momento»

—¿La iluminación nocturna es un factor que usted trabaja mucho para ambientar una casa de noche?
—Es difícil porque las visitas a las casas suelen hacerse de día, y la iluminación es algo realmente complicado. A veces al acabar la obra el efecto de la luz nocturna es casi una sorpresa para saber si has acertado o hay que seguir trabajando para mejorar la ambientación.

—¿Cómo se consigue una adecuada luminosidad nocturna?
—Tiene que ser siempre muy sutil. Escoger pocos elementos en los que enfocar la luz y el resto que sea muy suave. El color es muy importante, si se busca una luz cálida, u otros tonos.

—En Ibiza hubo una mezcla de espacios minimalistas con toques étnicos y balineses que creó estilo. ¿Qué se lleva ahora?
—En realidad llevamos 2.500 años años de historia de minimalismo con diferentes etnias así que es como una continuidad. La arquitectura es una continuidad constante, el minimalismo está muy presente en las casas tradicionales payesas. El hecho de que Ibiza haya sido objeto de interés de arquitectos de vanguardia que proyectaban arquitectura y minimalista ha logrado que este se haya desarrollado de una manera muy interesante. Ahora hay un auge de personas que buscan casas más rústicas, pero se mantiene el minimalismo y se hacen casas de este estilo muy bien hechas e interesantes.

—El concepto Blakstad ha proyectado el cubo de la casa payesa de diferentes formas. ¿Sigue siendo la base de su pensamiento arquitectónico?
—Siempre trabajamos con cubos, es un juego de cubos.

—¿La sencillez de este elemento complica la forma de diseñar?
—Es tan sencillo que a veces llegamos a complicarnos. Lo realmente importante es encontrar el equilibrio, no desarrollar la complicación y mantenerse en lo sencillo. A veces tendemos a desarrollar demasiado lo sencillo y ahí es donde se complica. Se trata de ir evolucionando aunque termines cerca de donde habías empezado, pero con un proyecto mejorado.

—¿Cómo sería la casa de sus sueños?
—Hogareña, relativamente pequeña y desordenada. Tenemos muchas actividades siempre en marcha en nuestro hogar, lo que le da un carácter ecléctico y falto de orden, pero muy activo, usado y sobre todo disfrutado.

—¿Y arquitectónicamente como sería su hogar ideal?
—De estilo ibicenco.

—¿Con qué sueña?
—Con espacios y la forma de poder crear espacios armónicos en los que puedes estar a gusto, sentir que eres parte del espacio y te puedes fundir en él.

«La luz crea profundidad. Con buena luz se consigue más amplitud en un espacio sin recurrir a ventanas»

—La nueva tendencia es una casa con una pared llena de sombreros, una pequeño mueble antiguo, un sofá minimalista, una foto impresionante… Muchos elementos que el desarrollo arquitectónico normal ve impensable. ¿Este fenómeno se debe a como vive la gente en la isla o a su gusto particular?
—Creo que se dan ambas cosas: el gusto, que puede ser algo pasajero, y la base, cuyos elementos pueden ser transitorios ya que el ambiente de una casa puede cambiar según el momento o la época que estás pasando. Una casa puede mutar a través del tiempo según las necesidades de las familias o el momento que esté viviendo que son muy distintos a lo largo de los años. La casa es evolutiva.

—¿Si su padre levantara la cabeza cree que estaría orgulloso de lo que ejecuta ahora?
—Sí, de hecho su sueño era que siguiera la evolución de la casa payesa y que se adaptara a las necesidades de hoy en día. Lo que falta por cumplir de su sueño es llevar esta idea a un nivel de sostenibilidad. No hace falta intentar reinventar la rueda sino tomar el ejemplo de una tradición milenaria que tiene tanto que ofrecernos. A veces pensamos que lo moderno supera todo lo tradicional, pero es muy importante apreciar la sabiduría milenaria. Nos faltaría desarrollar este aspecto y estamos en ello.

—¿Cómo construye esta idea?
—Llevar la construcción que tenemos entre manos a un nivel sostenible es también uno de mis sueños. Quiero hacerlo en dos áreas para que la construcción de la vivienda en sí sea mucho más sostenible y ecológica, minimizar el gasto de todas las instalaciones y servicios que usamos (gasto de energía y de recursos) y ser mucho más conscientes de ello.

—Estudia a un cliente para ver que casa le hace o proyecta la casa que usted tiene en la cabeza.
—Es muy sencillo, la casa es suya y es para quien la vive, por tanto se tiene que adecuar a sus necesidades, no las mías. Simplemente me acoplo a tus gustos.

—¿Se está animando la construcción otra vez en Ibiza o solo se piden más licencias?
—Hay una presión en la isla que ha aparecido en los últimos años. Se ha animado en los dos últimos años porque Eivissa está muy de moda y por varios factores internos y externos. Habrá que ver lo que dura.

—¿A dónde nos conduce el gran lujo y la proliferación de espectaculares mansiones en la isla?
—Por lo que vemos se está limitando. Me imagino que la limitación de viviendas nuevas nos llevará a potenciar las reformas.

—¿La reforma del PTI con un volumen máximo de 300 m2 por casa es una manera de contener la presión urbanística?
—No soy profesional del sector y mi opinión no será la más acertada. Es un tema muy complejo que necesita ser estudiado desde muchos ángulos. Los cambios son buenos, pero me pregunto qué pasará con la gente que ha mantenido sus terrenos tanto tiempo para su familia. No hay que olvidarse de ellos, esta gente se merece que se acuerden de ella y que se busquen soluciones.

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