Irene Villa trata de transmitir la misma fuerza y el valor con la que ella superó el atentado de ETA que en 1991 le provocó la amputación de dos piernas cuando tenía 12 años. Una bomba lapa colocada en el coche en el que viajaba por Madrid junto a su madre hirió de gravedad a las dos.
La periodista, psicóloga y escritora será una de las conferenciantes del congreso Vívete, que organiza Proyecto Juntos, y que se celebrará el próximo 3 de noviembre en Can Ventosa.
Presentado por la periodista Ainhoa Arbizu, junto a Irene Villa estarán Albert Casals, los hermanos Aznárez. Varios de ellos estarán el día antes en el Club Diario de Ibiza en una conferencia destinada a los jóvenes.
En el congreso ‘Vívete’ se pretende reflexionar sobre la pérdida de valores y la búsqueda de nuevos referentes y modelos sociales. ¿Realmente estamos en una época de crisis de valores y de formas de relacionarse donde prima más lo artificial y superficial?
«A LOS NIÑOS NO LES HACEMOS NINGÚN FAVOR DIBUJÁNDOLES UN MUNDO IDEAL QUE NO EXISTE»
- Creo que es muy importante la forma en la que nos relacionamos, y debe ser con respeto y responsabilidad. Cosas que lamentablemente a veces brillan por su ausencia. También la sociabilidad es fundamental porque es en los demás donde vamos a encontrar muchas veces ese apoyo vital en situaciones difíciles o en desiertos por los que todos tenemos que pasar antes o después. El problema actual es que esas relaciones se han visto mermadas por la tecnología que nos facilita muchas cosas, pero a la vez nos aleja de quien más cerca tenemos. Los abrazos, las sonrisas, muchas veces se ven relegados a una red social que por supuesto no tiene la capacidad de devolverte una sonrisa o darte un abrazo. Y eso es muy triste y perjudicial para todos.
¿Y qué habría que hacer?
- El sentido común y los valores humanos tienen que primar sobre todos los avances tecnológicos y contra valores como egoísmos o vanidades, que lejos de traer felicidad y cordialidad a nuestras vidas lo único que consiguen es que seamos uno de los países que más ansiolíticos consume.
En este congreso se busca el lado positivo, el de la esperanza de creer en las personas ¿tanto nos cuesta mostrar ese lado bueno?
- Yo creo que la clave es poner el foco en esa parte positiva que siempre existe. ¡Y yo no creo que sea tan difícil! Creo que es más inteligente y beneficioso para uno mismo ver más posibilidades que limitaciones, ver más alegrías que tragedias, gente buena que maldades. Al final, como siempre digo en mis conferencias, el mundo es como tú lo quieras ver.
¿Qué consejo les puede dar a los jóvenes, usted que vivió una experiencia tan traumática?
- Que la adversidad tiene que venir a tu vida de la forma que quiera, A veces cuando menos te lo esperas, para que descubras una mejor versión de ti de la que tú mismo te vas a sorprender. Que todos tenemos que pasar por dificultades en la vida para crecer y aprender; es el único camino, no hay atajos y fórmulas mágicas para tener una vida plena vivir y con sentido. Lo que sirve es caerse y levantarse. Fracasar y aprender. Pero sin tirar jamás la toalla.
Y a sus hijos, ¿se les puede explicar de alguna manera no tan traumática su caso y proyectar el lado positivo de ello?
- Eso es lo que siempre intento, les digo que todos pasamos pruebas en la vida y que lo importante es superarlas con la mejor actitud y si es con una sonrisa mejor aún. A mi hijo mayor ya le dije que un tiempo atrás había gente que asesinaba porque no querían formar parte de este país, pero que nosotras tuvimos la suerte de salir vivas de uno de esos atentados. La verdad, siempre por delante y maquillarla lo justo. No les hacemos un favor dibujándoles un mundo ideal que no existe. ¡Que sepan de qué va la vida cuanto antes!
Como periodista, supongo que cree que los medios tienen una responsabilidad muy grande…
«MI MADRE ES la persona que mejor abraza y lo hace con un brazo nada más»
- Los medios tenemos en nuestra mano el poder de contagiar energía positiva en todas las sociedades empoderar a las personas para que sean dueños de sus vidas y puedan alcanzar las metas que se proponga.
Lo que pasa es que es más sensacional y espectacular poner el foco en tragedias o dramas protagonizados por un desalmado que solo hace que nos entristezcamos o nos llevemos las manos a la cabeza.
Por eso con mis columnas siempre trato de contagiar pensamientos positivos, serenidad y fuerza interior a quien me lea.
Las redes sociales son la nueva manera de relacionarse. ¿Usted las usa? ¿Y sus hijos? ¿Cómo lo lleva?
- Llevo muchos años usando Twitter y Facebook. Desde hace menos tiempo uso Instagram, pero es la red que más me ha enganchado y por eso trato de poner límites al tiempo en que estoy publicando algo o leyendo otras publicaciones. Francamente es una adicción en la que no voy a dejar que mis hijos caigan. El mayor tiene seis años y no tiene teléfono ni tableta. Es mejor ver películas en inglés o dibujos educativos, pero de momento nada de redes ni videojuegos por supuesto. Cuanto más rato están «pantallizados» más se agria su carácter e incluso se vuelven agresivos.
Los conferenciantes del congreso, los hermanos Aznárez, Alberto Casals y Lary León también son un ejemplo de superación. ¿Qué opina de ellos?
- Estoy deseando conocerlos y aprender de ellos. Si hay algo que tengo que agradecer a aquello tan terrible que nos ocurrió a mi madre y a mí, ha sido conocer gente tan increíble y maravillosa como la que va a Vívete. Un honor poder seguir contagiándome de una energía tan positiva y tan poderosa. Con Lary he tenido la suerte de compartir unos cuantos congresos y la adoro, siempre le digo que tiene la misma energía que mi madre, que es la mujer que mejor abraza con un brazo nada más. A Lary le pasa igual, ¡y no tiene ninguno de los dos!