Desde su dilata experiencia como restaurador, empresario y conocedor del sector, Toni Moreras analiza la situación actual de la oferta de gastronomía de playa como presidente de la Asociación de Restaurantes y Concesionarios de playa del municipio de Sant Josep.
¿Estamos ante una temporada irregular?
Es una temporada más, igual que otras muchas. Si algún sitio ha bajado sus beneficios en una determinada zona es por el ‘todo incluido’ que retiene a los turistas en el hotel. No se ve un descenso, quizá hay menos gente y más coches ya que el turista solo viene ahora tres o cuatro días de vacaciones. Internet lo ha revolucionado todo y encuentran ofertas de última hora para todos los destinos.
¿Que ha cambiado en el sector?
Primero que la gente ya no viene dos semanas como antaño, quizá por los precios y porque ha bajado la calidad. Preocupa el servicio de playa y restaurante, conocemos el problema pero tiene difícil solución, como la vivienda que es otro problema añadido. Las playas están llenas, más o menos todos los locales trabajan bien, pero cada año no aumentan los beneficios. Quizá nos hemos acostumbrado mal en los últimos años, hemos tenido mucha suerte y hay que hacer las cosas bien. Hay que cuidar Ibiza en todos los conceptos, sobre todo en limpieza, seguridad y carreteras.
¿Faltan servicios complementarios?
Es desagradable cuándo te quedas tirado en la playa porque te han robado. Hay gente que no viene a veranear precisamente por esto y es algo que hace mucho daño.
¿La venta ambulante en las playas tiene solución?
Es un problema que se agudiza y es cada vez mayor. Los empresarios están desesperados y no saben que hacer, llevamos años pidiendo más control. No es fácil controlar la venta ambulante y erradicarla, sin embrago el tema es muy preocupante porque va a más ya que se trata de mafias organizadas. En playas como ses Salines nadie quiere hacer frente a los vendedores ambulantes porque son muy agresivos y nadie quiere problemas.
¿Cómo ve el futuro de los chiringuitos?
Lo veo complicado ya que hay mucha gente que se está jubilando y no encuentran continuidad en las familias, los sitios tradicionales están cayendo en manos de los extranjeros que pueden hacer lo que quieran con los locales y no respetan las tradiciones. Cada vez habrá menos sitios de cocina tradicional ibicencas y perderemos el control de la costa porque la gran mayoría de los restaurantes están ya en manos de inversores extranjeros.
Usted fue un pionero de los ‘beach clubs’. ¿Cómo ve que desparezcan?
Los beach clubs eran la fórmula de cambiar el clásico chiringuito de playa y convertirlo en un restaurante con más servicios conservando la gastronomía local, pero este concepto se ha distorsionado.