Todo empezó con el reto que le lanzó su padre cuando tenía 16 años: «Isaac, ¿te atreverías a hacer un armario?». Él lo aceptó sin dudar, y se fue a Madrid a aprender para dar respuesta a una nueva necesidad de la empresa familiar. Así empezó todo, pero así continúa a día de hoy. Es la historia de la trayectoria empresarial de la familia Calderón: una necesidad, una respuesta.
José Calderón y Mercedes Alfonso abrieron juntos su primera empresa en los años 80: Instalaciones Jesús. Más adelante, evolucionaron a Calderón, la carpintería de aluminio que la familia todavía regenta a día de hoy. Ambos, emprendedores incansables, fueron haciendo crecer la empresa familiar, a la que pronto se sumó su hijo Isaac, que en la actualidad lleva las riendas al 100% del conjunto de los negocios. «Poco a poco he ido haciéndome con la dirección de las empresas. Ha sido algo paulatino, aunque en los últimos meses, tras el fallecimiento de mi madre, se ha convertido en un sprint», comenta Isaac Calderón.
Precisamente su madre, Mercedes, era un apoyo incondicional para la familia. Compaginaba su trabajo en el Hospital Residencia Asistida Cas Serres (del Consell de Eivissa) con la gestión de las cuentas de las empresas familiares. Su inquietud la llevó a cursar estudios de muy diversos campos. De hecho, se presentó junto a su hijo Isaac al examen de Operador de Transportes, que aprobaron junto a otras cuatro personas, de las más de 40 que se presentaron a la prueba. «También se sacó Ciencias Empresariales con más de 50 años, y estaba cursando un máster cuando se puso enferma», expresa su hijo Isaac, que subraya lo bien que se le daban los números a su madre, y cuánto le ayudó cuando él decidió retomar sus estudios.
En constante evolución
De la carpintería de aluminio ampliaron a la creación de armarios a medida, dos campos todavía por explotar por aquel entonces en Ibiza, y poco a poco a la propia empresa le fueron surgiendo necesidades a las que había que dar respuesta. «Con 30 años, al ver las carencias que tenía, me puse a estudiar y no he parado hasta hoy», expresa el empresario, que ha heredado su constante afán por aprender de su madre. «Puedes saber mucho, pero no hay nada como haberlo estudiado», incide. De hecho, gracias a esas ganas de aprender más se tituló en instalaciones de frío y calor, en electricidad, se sacó todos los carnets de conducir, el grado superior de Riesgos Laborales y de Operador de Transportes.
Esa época fue complicada, ya que trabajaba por las mañanas y estudiaba por las tardes, pero el esfuerzo mereció la pena porque permitió poder ir abriendo otras empresas que complementaban a la principal. Hoy en día tienen un estudio de arquitectura, una instaladora eléctrica, una empresa de logística, una constructora, alquiler de trasteros en Menorca y Eivissa, y una asesoría fiscal y laboral también en Menorca y Ibiza.
«Somos siete las familias que vivimos de este grupo de empresas. Además, somos todos de la misma edad y nos complementamos a la perfección», afirma Isaac Calderón, quien considera que el crecimiento de las empresas ha sido posible por los retos que le ha ido planteando siempre su padre, y el constante apoyo de su madre. «Mi padre siempre dice que hay que huir siempre hacia adelante, y es lo que hemos hecho siempre aquí».
Uno de los motivos de ir ampliando las empresas era la necesidad de ir mirando siempre al futuro y, sobre todo, no depender de otras empresas. «Cuando te comprometes con un cliente debes darle un buen servicio, y a veces esa dependencia de terceras empresas nos hacía quedar mal con ellos», recuerda. En este sentido, las titulaciones que ha ido obteniendo le ayudan a cubrir trabajos que en un momento dado no se pueden realizar, por ejemplo por la baja de un trabajador. «Si tengo que ejercer de electricista, lo hago. Si tengo que llevar el camión, también. No tengo ningún problema en ser el primero en trabajar», explica.
Una empresa con garantías
Calderón se ha ido adaptando a los cambios que se han ido produciendo en la isla, y hoy en día puede dar respuesta desde a una familia que quiera domotizar su vivienda hasta a un promotor que quiera construir un edificio. ¿Su especialidad? Las viviendas unifamiliares de lujo. «Tenemos todo lo necesario para ofrecer todos los servicios gracias a la variedad de nuestras empresas», asegura el empresario, que confiesa ser un apasionado de la domótica.
Cada mañana, Isaac Calderón está en la oficina a las seis de la mañana. Su compromiso con las empresas de su familia, con las que ha ido creciendo como profesional y como persona, va más allá de lo económico. «Ver que todos estamos tan implicados y continuar con todo el esfuerzo que han hecho mis padres para ir avanzando siempre es muy bonito», confiesa, destacando por supuesto el incondicional apoyo de su mujer, sin la que sería imposible dedicar tanto tiempo a las empresas y sacar adelante a sus tres hijos.