Nochevieja. Una de las mejores fiestas del año, de las más largas, de las que se recuerdan anécdotas durante meses, de las que se conocen nuevas personas que formarán parte de nuestras vidas desde ese preciso instante. Una cita con familia, una cita con pareja, una cita con amigos y con amigos de amigos. Sin duda, una gran noche cuyo deseo de que no acabe nunca invade las cabezas de todos.
Desde hace tiempo, hay una tradición que consigue alargar un poquito más la fiesta: el desayuno de Año Nuevo. Pies agotados de tanto bailar, gargantas afónicas de tanto cantar y caras que, a pesar del cansancio, no pueden parar de sonreir recordando el buen rato que se acaba de pasar.
Y de repente, el silencio. Acaba de llegar a la mesa el desayuno, la solución para recuperar las fuerzas perdidas antes de dormir y descansar las horas que haga falta.
Café Montesol sabe perfectamente que es lo que se necesita el día 1 de enero cuando sale el sol: un buen desayuno.
Para ello, tendrá preparado, a las 7 y media de la mañana, chocolate con churros para aquéllos que hayan aguantado toda la noche. Y es que Café Montesol será un excelente lugar en la isla donde mantener la tradición de tomar una buena taza de chocolate caliente, acompañada de unos churros dulces y crujientes antes de ir a la cama.
Para los que no aguanten hasta esas horas de la mañana, Café Montesol también les tiene algo preparado, un brunch de Año Nuevo a partir de las 12:30, con reserva anticipada y entrada de 25 euros, para dar la bienvenida a 2018 con buena comida y como siempre, en la mejor compañía.