Detrás de cada alimento debe haber una historia. Y la hay. En Ibiza Gran Hotel el desayuno es una carta de presentación de cuál es su filosofía en la vertiente gastronómica. Un sinfín de productos artesanales se presentan ante los clientes para permitirles disfrutar del mejor desayuno que hayan degustado jamás. Todo tiene un motivo, y desayunar en Ibiza Gran Hotel es toda una experiencia que no solo se pueden permitir los huéspedes del alojamiento sino también cualquier persona que quiera darse un capricho por 36 euros.
El amplio salón destinado al desayuno es un escaparate de sabores. La zona de los quesos es una de las preferidas por los clientes. «Trabajamos con los quesos de Rubén Valbuena, el mejor quesero de España, que tiene una visión muy purista», explica Óscar Molina, el jefe de cocina de Ibiza Gran Hotel. Este productor trabaja con pequeños elaboradores de queso de diferentes partes del país, muchas veces perdidos en montañas o lugares recónditos, que consiguen quesos únicos.
Quesos artesanales, embutidos de alta calidad, más de 20 panes diferentes y un sinfín de delicias más
Los embutidos son también de una calidad extrema, y recién cortados conservan aún mejor su sabor. En la estación gourmet, que varía cada día, igual hay una persona cortando jamón 5 Jotas al momento, que un profesional cortando salmón, un cocinero elaborando bombones, caramelos, crêpes… Todo un espectáculo culinario que llama la atención de pequeños y mayores.
Pastelería de altura
La pastelería merece una mención especial en los desayunos de este hotel de gran lujo. El desarrollo de prácticamente todos los pasteles que se presentan se ha elaborado conjuntamente con Paco Roig, el pastelero valenciano más renombrado, con el que también han creado algunos de los 20 tipos de pan diferentes que se sirven en Ibiza Gran Hotel. «Nos asociamos con los mejores de cada ámbito para conseguir productos únicos», asegura el jefe de cocina.
Trabajar con productores locales permite a Ibiza Gran Hotel presentar una selección de frutas perfectamente cortadas de un sabor excelente. «Es fruta madurada en el árbol, no en cámara, y esto se nota muchísimo», apunta Óscar Molina señalando el colorido espacio dedicado para las frutas, donde también se pueden encontrar piezas más exóticas.
La miel, también de Ibiza, se sirve directamente en un panal que está al abasto de los comensales. «Nos gusta que haya algo especial detrás de cada alimento», detalla Molina.
Zumos naturales, mermeladas locales de elaboración artesanal, área de huevos elaborados al gusto, cereales, yogures, frutos secos e incluso gominolas completan un universo gastronómico perfecto para comenzar el día. Una tentación al alcance de todos.