Joan Riera (Eivissa, 1942) sigue al pie del cañón. El restaurante Ca n’Alfredo es su vida y no parece dispuesto a cambiarla, trabajo que compagina con la presidencia de Pime Restauración. Asegura que le gustaría tener más tiempo libre, para dedicarse a los nietos y a viajar, pero reconoce que está «enganchado» a un restaurante al que sigue acudiendo todos los días de 10 a 18 horas y una cuantas noches, cuando le reclaman.
2018 ha sido un año muy especial para usted con la presentación de su libro, en la que además llenó Can Ventosa, como los grandes artistas.
La verdad es que invité a mucha gente (ríe). Para mi fue un día muy emocionante, creo que ha sido la culminación de una trayectoria. Quería hacer un libro para reflejar la historia del restaurante, de los alemanes que lo abrieron, de mis padres y de mi vida para dejar un recordatorio para mis nietos. Las expectativas se duplicaron porque llenar Can Ventosa no era fácil. A medida que pasan los días me doy cuenta de la importancia de ese día. De hecho, casi todos los días viene gente que no conozco de nada a que les firme el libro.
Con usted se cumple a rajatabla el dicho aquel de ‘el que tiene tienda que la atienda’.
Si me hubiesen dicho de joven que a día de hoy iba a estar en el restaurante no me lo hubiese creído. Yo intenté otros negocios, como uno de embutidos y sobrasadas, e incluso a los 18 años me propusieron entrar en la Caixa, pero mi padre me dijo: «¿Quieres ser un chupatintas toda la vida?». Ni le contesté, me quedó claro. Me quedé aquí porque entendí que si no lo hacía mi padre hubiera cerrado el restaurante al día siguiente; y yo nunca quise traicionarle.
¿Y no tiene ganas de parar y descansar?
Arzak me dijo que no me jubilara nunca y aquí sigo. Pero, sinceramente, me gustaría tener tiempo para mi y para mis nietos. Nunca he tenido tiempo para mi, me doy cuenta de que me he perdido muchas cosas por no poderme ir del restaurante. Ahora, en la sala no tengo a nadie responsable, a un encargado que le pueda dejar que la lleve o que me resuelva algún problema. Si pasa algo y no estoy me produce un estado de ansiedad terrible… Vamos, que sigo enganchado al trabajo.
«EL TURISMO
DE CRUCERO
ES UN ENGAÑABOBOS, VAN TODOS
CON SU PICNIC»
¿Y a una persona tan conocida y popular como usted nunca le ha interesado la política?
Siempre me han tentado con entrar en política, pero yo sabía que no podía decantarme hacia un lado o hacia otro. Nunca he ido a un mitin ni me he identificado ni con unos ni con otros. Conozco algunos que tenían restaurante, se han dedicado a la política y la han cagado. En mi caso, la puerta de mi establecimiento está abierta para todo el mundo.
¿Y cómo ha funcionado la temporada en la restauración local?,¿qué comentan los asociados de Pimeef Restauración?
Este año ha cambiado la oferta complementaria. No digo que haya ido mal, pero por ejemplo nosotros en julio y agosto hemos bajado un 20%; en cambio jos va mejor en otros meses. La temporada se ha alargado y ya podemos empezar a hablar de segunda quincena de marzo a segunda de octubre. Ahora, en invierno, estamos fatal.
¿Ha ayudado el turismo de cruceros a desestacionalizar?
Creíamos que los cruceros eran una panacea, pero los cruceros son un engañabobos. Son todo excursiones programadas, no gastan un duro, van con la bolsa del picnic por todos lados. Se van a Formentera y se llevan su picnic…
«Veo algunos que dicen que hacen cocina ibicenca y no tienen ni idea»
¿Cómo ve la gastronomía ibicenca? Se está promocionando mucho.
Precisamente, el pasado fin de semana mi mujer y el jefe de cocina han estado en una feria de Denia y han hecho unas recetas de cocina ibicenca auténtica. Hicieron unas 200 tapas de sofrit pagès y tuvieron un éxito espectacular. Mi mujer vino entusiasmada, con una moral terrible. Nuestra cocina es buenísima, pero siempre digo que el que quiera hacer buena cocina ibicenca, que vaya a la tía, la abuela o a la señora mayor y que le diga cómo se hace un sofrit pagès, una borrida de ratjada o un arroz de matanzas. Que aprenda de ellas. Hoy en día veo algunos que no se enteran, que dicen que hacen cocina ibicenca y no tienen ni idea.
Siempre insiste en la importancia de la formación de los profesionales.
Es que cuesta mucho encontrar gente profesional. Ahora mismo busco un jefe de sala, un maitre, una persona que tenga dos ojos y un poco de clase y que quiera trabajar. Hay gente que se piensa que por estar tres meses llevando platos ya es camarero, y no es así. Es un oficio muy loable, pero necesitas ser profesional. El tema en cocina ha mejorado muchísimo en todos los aspectos, pero en la sala no, hemos de insistir en ese aspecto.
«La temporada se ha alargado y ya podemos empezar a hablar de segunda quincena de marzo a segunda de octubre»
Y el intrusismo como gran caballo de batalla.
Está fatal. No me puedo explicar que personas con posibilidades, que pueden contratar catering profesionales acaban confiando en gente sin licencia, sin papeles en regla. Creo que han tenido mucha suerte de que no haya habido intoxicaciones. El primero que tiene que decir que no es el que lo contrata.
Siempre defendió la peatonalización de Vara de Rey. Ahora, con el paso del tiempo, ¿qué le parece?
Lo veo muy bien, se tenía que hacer porque no podía ser que pasara el tráfico por allí. Ahora hacen falta más negocios, faltan establecimientos con clase, cafeterías que estén al día. Creo que el año que viene se notará mas la mejoría, pero la realidad es que Vara de Rey es un espacio fantástico. Es un complemento de una zona histórica muy importante como la Marina, que volverá a renacer, el puerto o Dalt Vila.