Malibú Beach Club despidió el pasado fin de semana otra temporada memorable. El icono de ses Salines ha vuelto a brindar experiencias únicas a sus clientes durante todo el verano, ofreciéndoles un espacio único para relajarse y disfrutar de una gastronomía excelente.
Situado en pleno parque natural, rodeado de un paisaje único, el beach club es punto de encuentro de residentes y turistas, famosos y personas anónimas que buscan dar rienda suelta a sus sentidos con un servicio de diez.
La ilusión del equipo se palpa cada verano, siempre con el afán de descubrir nuevas sensaciones a sus comensales con su gastronomía mediterránea con guiños a los estilos más innovadores. Desde caldereta de langosta hasta tataki de atún encuentan su lugar en una propuesta culinaria acorde al increíble contexto en el que se enmarca.
Malibú Beach Club dice adiós así a otro verano de éxito. Su equipo se toma un merecido descanso y será la próxima primavera cuando el establecimiento vuelva a saludar a una isla que, seguro, seguirá esperando su apertura con muchas ganas. Habrá que tener paciencia y esperar para volver a disfrutar al máximo en su mesa