Se acercan las ansiadas vacaciones navideñas de los pequeños de la casa, y con ellas los padres dan mil vueltas a qué hacer con ellos para que se entretengan y disfruten al máximo de estos días cargados de magia e ilusión. Para aquellos que no se atreven a meterse de lleno en la cocina a preparar pasteles o galletas, existen opciones mucho más asequibles (en tiempo y paciencia) que pueden resultar todo un éxito para las tardes de invierno.
Las meriendas pueden convertirse en toda una aventura con unos pocos ingredientes que hay en todas las despensas. Por ejemplo, con un par de kiwis (y, quien lo desee, algún toque dulce para decorar) se puede preparar un árbol de Navidad que los pequeños comerán con ganas.
Las frutas pueden ser también las aliadas perfectas para decorar otros manjares como los crêpes o tortitas. Fresas, frambuesas u otros frutos rojos colocados en su lugar harán la forma del gorro de Papá Noel (y de su sonrojada nariz), mientras con plátano cortado se puede lograr una espesa barba. Un par de arándanos para los ojos, y un toque de nata completará la borla del gorro, y ya tenemos otra sencilla forma de sacar una sonrisa a los pequeños mientras se alimentan.
Con un poco de maña se pueden conseguir otras formas en los crêpes o tortitas como un reno, árboles de Navidad, muñecos de nieve… Solo hay que dejar volar la imaginación, concentrarse y cruzar los dedos para que el resultado sea, al menos, reconocible.
pequeñas ideas para sorprender a los pequeños estas navidades
El pan de molde es otro ingrediente perfecto para conseguir una merienda navideña. No puede ser más fácil: se coge una rebanada, se le pone encima una loncha de queso y se recorta con la forma deseada. Árboles, estrellas, muñecos de nieve o renos son siluetas perfectas que se pueden decorar después echando mano de la nevera o la despensa: un pequeño tomate cherry, un par de guistantes, un trocito de pimiento y cualquier otra verdura que pueda servir para decorar.
Y echando mano del horno, pero sin complicarse la vida, se puede preparar un hojaldre en forma de árbol navideño. El relleno puede ser de lo que más apetezca, partiendo del jamón cocido y queso como opción más sencilla.
Hacer galletas. magdalenas o bizcochos y decorarlos con fondant es otra opción para entretenerse en las noches de invierno y darse un capricho dulce después.