A las tres de la madrugada suena el despertador de muchos de los pescadores que trabajan en Ibiza. Tras el desayuno, se hacen a la mar para recoger sus redes, y llegan a puerto en torno a las doce del mediodía para vender sus productos en la lonja. Hay días mejores y días peores, aunque en verano las ventas suelen ser positivas por la actividad turística. «Tener un buen día de pesca, conseguir buenas capturas y al llegar a puerto tener una buena venta» es lo mejor que les puede pasar, según afirma Antonio Cardona Ramón, Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Ibiza.
Después de la venta, los pescadores recogen las redes, limpian sus barcos, cajas y enseres de pesca, y llega la hora de comer. Pero no hay tiempo para el descanso, ya que por la tarde han de aprovechar para remendar sus redes y salir nuevamente a calarlas para el día siguiente. Y, así, un día tras otro, especialmente en esta época estival.
la protección de los caladeros y del entorno garantiza el futuro de la pesca
El esfuerzo y la dedicación de este colectivo, gracias al que los comensales pueden disfrutar de exquisitos manjares del mar a la mesa, es constante, y ha sido reconocido por el Ayuntamiento de Ibiza, que el próximo 5 de agosto entregará la Medalla de Oro de la ciudad a la Cofradía de Pescadores de Ibiza. «Una inyección enorme de moral» para todos los implicados en un sector que se ha reinventado de un tiempo a esta parte.
«Se está empezando a reconocer el enorme trabajo que se ha hecho en estos últimos años en el impulso de la comercialización de nuestro producto local», expresa orgulloso Antonio Cardona, que recibe esta medalla como un reconocimiento «a la labor social y económica» de la Cofradía durante casi 100 años.
el relevo generacional ya no es un problema grave, ya que hay jóvenes en la profesión
Pensando en el futuro
El modelo de pesca que quiere promover el sector en los últimos años se basa en la «sostenibilidad y la pesca responsable, protegiendo nuestros caladeros y nuestro entorno», afirma Cardona. Este profesional incide en que esta línea de trabajo «no está reñida con la rentabilidad» sino que, por el contrario, la garantiza a largo plazo y ayuda a promover un futuro para el sector.
Mientras hace unos años se buscaba la rentabilidad a través de un mayor volumen de capturas, barcos más grandes y motores más potentes, en la actualidad los propios pescadores han concluido que dicho modelo tenía una fecha límite, «y estaba condenado al fracaso en un periodo no muy largo de tiempo».
Y llegó el momento de plantear alternativas. «Cuidar mejor el producto, pescar menos pero de manera más eficiente, pescar de forma más selectiva y conseguir una mayor rentabilidad a través de una comercialización más eficiente» han sido las líneas establecidas por el colectivo, según el representante de los pescadores de Ibiza.
El nuevo modelo de pesca sostenible está despertando el interés de los jóvenes
En este sentido, el Patrón Mayor de la cofradía destaca como «muy positivo» el interés que está suscitando esta nueva forma de desarrollar la profesión entre los pescadores más jóvenes. «La mayoría de ellos creen en este modelo, es un proceso lento pero está empezando a dar sus frutos», añade.
Pero, ¿cómo se plantea el futuro, en cuanto a profesionales se refiere? El relevo generacional ya no se plantea como un problema grave, como ocurrió entre la década de los 90 y el principio de los 2000, cuando se vivió un «descenso vertiginoso del número de efectivos». En la actualidad, sin embargo, hay un número importante de patrones y pescadores autónomos de menos de 40 años con proyectos de futuro y ganas de reinventar el sector.
Más valor al producto de aquí
La gente está más interesada en comer productos del mar más próximo. «Creo que lo valora y entiende que es lo correcto, lo más saludable y lo mejor para nuestra economía local. Pero no siempre quien predica practica», asegura Antonio Cardona, quien, sin embargo, observa que mucha gente «va a lo práctico y económico», decisión completamente enfrentada a la filosofía que persiguen los pescadores locales.
los pescadores de ibiza recibieron el premio ‘compromiso con la tierra’ que entregó gastroactitud
Durante el verano, el producto estrella es la langosta ibicenca (Palinurus Elephas), «que se pesca y se mantiene viva hasta el momento de cocinarla». Mayor frescura y calidad, imposible. Para tener la garantía de que su procedencia es local, cada ejemplar debe llevar una vitola identificactiva y numerada individualmente. «A través de su código QR podréis saber siempre cuándo y cómo se ha pescado», indica el representante de la Cofradía de Pescadores.
Otros productos de gran calidad en esta época son el Gallo de San Pedro o la roja, pero también salen al mercado especies mucho más económicas y «para nada menos sabrosas, como la rascasa (escorpora), el salmonete, la pescadilla, el calamar, el gerret o la sepia».
Por supuesto, en verano «la actividad es mucho más continuada y frenética». Los pescadores deben aprovechar las buenas condiciones meteorológicas y las buenas ventas. «Pero cada época tiene sus particularidades y sus pesquerías diferenciadas —detalla Cardona—. Hay momentos para trabajar en tierra, preparar las redes y el barco, y otras épocas para pescar los peces de temporada y aprovechar las bonanzas de la venta».
¿Lo peor de esta profesión? «La incertidumbre, los temporales y la mala venta de algunas épocas del año». Pese a todo, sigue mereciendo la pena. Y más cuando el esfuerzo se ve recomensado por distintivos como la Medalla de Oro de la ciudad de Ibiza o el premio ‘Compromiso con la Tierra’, un galardón para las cofradías de pescadores de Ibiza entregado este mes de julio por Gastroactitud en Madrid, reconociendo su esfuerzo por la supervivencia de productos de calidad.