Joan Riera, Presidente de Pimeef Restauració
Intrusismo, falta de conectividad y escasez de formación en los profesionales de la hostelería son los tres frentes abiertos en los que sigue batallando la Pimeef Restauración y su presidente Joan Riera, quien a pesar de tener momentos en los que está dispuesto a arrojar la toalla, mantiene firme su defensa por el producto y la gastronomía local.
—La sensación general entre los restauradores y los negocios de hostelería local es que noviembre ha sido un mes bastante flojo.
—Ha sido un mes horrible. La situación está fatal. El Imserso ha fallado estrepitosamente este año y las conexiones siguen siendo igual de malas que siempre. Si al menos hubiera la posibilidad de que la gente de fuera viniera a pasar un fin de semana o las Navidades a la isla… pero esto está fatal y da muy mal rollo. ¿Quién programa un fin de semana o un puente en la isla si los precios son carísimos y no hay conexiones?
—¿Pero el residente en la isla no es suficiente para cubrir el negocio en invierno?
—Los cuatro establecimientos que quedamos abiertos no tocamos ni a tres personas cada uno, y no hablo por mi, sino por todo el colectivo en general. Yo al mediodía funciono bien, pero por la noche el personal se pone a jugar a las cartas porque no entra nadie. Este fin de semana, por ejemplo hay una de esas iniciativas impulsadas por el Ayuntamiento de menú de 18 euros, pero eso creo sinceramente que es pan para hoy y hambre para mañana.
—Entonces, ¿no confía en esas iniciativas como las Gastrojornadas, Restaurat o Cañas& Roll que tratan de mover el negocio?
—Sí, claro. Todo esto que me dices es correctísimo, siempre y cuando nos venga gente de fuera. Por ejemplo, mira que sol hay hoy (por ayer), tenemos un día inmejorable, pero no tenemos la posibilidad de que la gente venga a la isla a un precio razonable a pasar un fin de semana. Es una pena, pero es la realidad.
—¿Y las temporadas en restauración cada vez se comprimen más?
—Mira, esto del glamour de los tres o cuatro meses no sirve. Mucho cha cha cha en verano, pero luego todo es humo. Así no va y aunque digan que Ibiza es la leche, luego te encuentras que hay gran intrusismo y una falta de profesionalidad enorme.
—El intrusismo sigue siendo su gran caballo de batalla.
—El intrusismo se acentúa cada día a todos los niveles. Es algo en lo que coincidimos todos en las juntas directivas de los diferentes sectores. La gente viene por la jeta. Hay una de piratas impresionante. Nadie paga y los únicos que pagamos somos los cuatro que estamos todo el año. Todo esto hay que atajarlo porque si no lo atajamos nos hundimos. La verdad es que hay momentos en que pienso en tirar la toalla.
—Pero la Pimeef es fundamental para luchar contra ese descontrol, ¿no?
—Por supuesto. La Pimeef también sirve para denunciar al intrusismo y para decirle y recordarle al intruso y al pirata que vamos a estar encima, que no vamos a parar. El intrusismo es el pecado mortal que tiene Ibiza.
—El producto local y la marca Sabors d’Ibiza es una buena manera de diferenciarse.
—Claro. Me gustaría que la gente se diera cuenta de que es la única forma que tenemos de desmontar al intruso y a todos los que vienen vendiendo humo. Tenemos que potenciar el producto de Ibiza y los hoteleros y los chefs estrellas que vienen por aquí se tienen que implicar en hacer su cocina con los productos locales. Tenemos de todo: vinos, mermeladas, quesos, pescado seco, aceite, sobrasada…
—Y por fin la Escuela de Hostelería impartirá cursos en Ibiza.
—Sí. Es una buena noticia. Es lo que vengo repitiendo desde el primer día: en Ibiza falta profesionalidad. La gente no está formada, no tenemos ni idea, se piensan que ser camarero es fácil, pero hay que pasar por una escuela para que le den lecciones de cómo ir a la mesa, servir, tratar a la gente… Vemos que hay muchos hoteles de cuatro y cinco estrellas, mucho glamour y mucho humo, pero luego falta mucha profesionalidad.