Que Oli se ha convertido en un punto de encuentro imprescindible para los residentes en Ibiza ya nadie puede cuestionarlo. La sencillez de su cocina, basada en bocadillos, tapas y ensaladas, ha cautivado a sus clientes desde sus inicios, y es ya un clásico para las familias de la isla. Sin embargo, aunque Oli está abierto todo el año, su equipo merece un descanso para reponer fuerzas después de las fiestas navideñas. Por este motivo, el establecimiento cierra hasta el próximo 5 de febrero, cuando volverá para continuar compartiendo sus encantos con todos los ibicencos.