Atrás han quedado aquellos salones náuticos en los que sólo se vendían barcos. El consumidor ha cambiado y el mercado, como no podía ser de otra manera, se ha tenido que adaptar a las nuevas necesidades.
Necesidades que hoy por hoy, pasan por el fascinante mundo de la tecnología y es que el Salón Náutico de Barcelona ha celebrado, este año, una de sus ediciones más innovadoras donde empresas, particulares y familias enteras tuvieron la oportunidad de poder ver, probar y disfrutar de las novedades del sector en un ambiente único en el puerto de la ciudad condal.
Servicios náuticos
En el certamen se podía palpar la mayor y más completa oferta comercial en náutica deportiva y de recreo tanto en su exposición flotante como en seco: veleros, yates, catamaranes, menorquinas, lanchas, neumáticas, barcos de crucero o de pesca o paseo. También se pudieron contemplar todo tipo de productos y servicios náuticos que incluían desde electrónica y motores, hasta pinturas, velerías, remolques, artículos de pesca, chárter o puertos deportivos, entre otras.
Pero si algo ha cambiado en estos últimos años ha sido la apuesta cada vez más atrevida por los complementos tecnológicos. «¿Cómo se atraca un barco así de grande?» Preguntaba una niña a su padre mientras contemplaba asombrada la magnitud de una embarcación que no había visto nunca antes. «Se aparca solo» contestó uno de los profesionales del sector desde su estand.
«Las nuevas aplicaciones permiten controlar el barco a través de un móvil»
Puede que nos parezca extraño que una embarcación de más de 12 metros de eslora se pueda atracar en un puerto de forma automática tocando un botón pero ¿No es cierto que los coches hace tiempo que se aparcan solos? El sector náutico no avanza tan deprisa como el sector de la automoción, pero tiene claro qué es lo que buscan sus compradores y, por lo tanto, hacia donde debe avanzar con mayor rapidez.
Prueba de ello es que de entre las 120 novedades presentadas, un 16% más que en 2016, destacaron las embarcaciones conectadas y nuevas aplicaciones que permiten controlar el barco a través de un teléfono móvil o un reloj inteligente. También, los barcos más sostenibles, con motores híbridos y nuevos elementos electrónicos para practicar deportes náuticos, como la bicicleta náutica, una de las novedades que obtuvo mayor repercusión este año.
Según explica el director del salón, Jordi Freixas, ‘la náutica está en, sin duda, en plena transformación tecnológica y el certamen ha sido un año más el escaparate de las últimas tendencias de un sector que apuesta por los barcos más seguros, confortables y fáciles de gobernar.’
Ahora toca esperar a la edición del año que viene para ver cuál de todas estas tecnologías habrá conseguido consolidarse en un sector que navega hacia nuevos puertos.