La innovación, la tecnología y la navegación verde y sostenible fueron los grandes ejes sobre los que pivotó la 57 edición del Salón Náutico Internacional de Barcelona, que terminó el pasado 14 de octubre en el Port Vell de la capital catalana.
El tiempo acompañó, pese a que todas las predicciones hacían pensar que el de este año acabaría siendo un salón pasado por agua. Todas las empresas, tanto de Ibiza como del resto del mundo, que quisieron estar presentes en la edición de este año, quedaron sorprendidas no solo por el sol que lució durante los 4 días de evento sino también por la gran acogida que tuvo el certamen por parte de un público impaciente, que cruzó las puertas del Port Vell a priemera hora de la mañana.
«Estamos desbordados, pensábamos que hoy no ibamos a trabajar debido a la predicción de lluvia, pero qué gozada de día que vamos a tener», comentaba con una sonrisa de oreja a oreja José M. Muñoz, representante de Náutica Viamar, durante la jornada inaugural del evento.
El salón creció un 8% respecto a la edición anterior con más expositores, embarcaciones, espacio y actividades para descubrir el futuro de la náutica y disfrutar del mundo de la navegación. Marcas como Astondoa, Hanse, Solaris, Dufour, Jeanneau, Bénéteau, Sunseeker, Azimut, Bayliner, De Antonio Yachts, Pardo Yacht, Prestige o Quicksilver estuvieron presentes en un salón que reflejó el mejor momento del sector. La edición de este 2018, contó con 275 expositores y más de 700 embarcaciones (171, en agua), que ocuparon más de 25.400 metros cuadrados de superficie.
4 días de evento
Durante todo el fin de semana, en el Área Fun Beach, una de las que mayor expectación genera año tras año, los visitantes pudieron hacer bautismos de mar en barcos de vela ligera o kayak, probar bicis acuáticas con las que incluso se puede ir a pescar, descubrir cómo es uno de los barcos de alta competición que ha participado en la World Race, y practicar pádel surf en una piscina.
Bajo el nuevo lema ‘Fans de la mar’, el Salón Náutico contó con un programa de actividades para fomentar e impulsar la náutica. Así, el certamen apostó por dar mayor protagonismo a la vela ligera y deportiva, en la que España es una potencia mundial, con la presencia de diversas clases de embarcaciones. Asimismo, esta edición se sumó a los actos de celebración de los 100 años del pailebote ‘Santa Eulàlia’, una goleta de tres mástiles construida en 1918, barco insignia del Museo Marítimo de Barcelona, que se convirtió en uno de los protagonistas de la edición de este año.
El certamen contó de nuevo con varios espacios temáticos en los que se llevaron a cabo todo tipo de actividades para profesionales y el público en general como el ‘Espai de Mar’ donde se impartieron variasconferencias y jornadas, o el área ‘Nautic Tech International Forum’, donde infinidad de strartups del sector pudieron establecer contacto con inversores y otras empresas relacionadas con el campo naval.
Por otro lado, la gastronomía también quiso unirse a la fiesta de esta 57 edición de la mano de las Food Trucks situadas en las áreas ‘Nautic Food Plaza’ y ‘OneOcean Club’.
El Salón Náutico Internacional de Barcelona cerró sus puertas superando los 56.000 visitantes, entre los que destacaron los procedentes de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido y marcado por el optimismo y las buenas perspectivas palpadas en el sector.