Cuando las luces de la feria empiezan a iluminar la explanada de Can Misses, las caras de ilusión de los niños (y no tan niños) miran siempre en la misma dirección. Estos días de fiesta parecen ser de paso obligado por la feria, en la que desde los más pequeños hasta los mayores de la casa encuentran algún atractivo: ya sea en forma de tren de la bruja o sentados en una mesa disfrutando del chocolate con churros.
la feria es uno de los puntos de encuentro habituales en estas fechas para niños y adolescentes
Subirse en el coche de Barbie, a ‘lomos’ de Mickey Mouse, en el camión de bomberos, en el tren o sobre Bob Esponja es el mayor deseo de los más chiquitines, mientras los adolescentes intentan conseguir un regalo en los juegos de habilidad que se instalan en las casetas o se retan para subir a alguna de las atracciones de las que no se oyen más que gritos que mezclan el terror y la descarga de adrenalina.
Entrar en la cárcel nunca fue tan emocionante como en la que se sitúa en la feria, ni el Titanic escondió nunca tantas sorpresas como el que permanece en Can Misses. Autos de choque, hinchables y el pulpo son otras divertidas atracciones.