El rostro y la figura de modelo de Ana Vide son archiconocidos en la isla. Ahora ha saltado a los grandes carteles de promoción de los Teatros del Canal con una interesante interpretación en la obra ‘El corazón de las tinieblas’ y otro papel en una versión de ‘Hamlet’ junto a otras siete actrices. El corazón le ha dado un vuelco hacia el teatro que ahora domina su vida profesional. Esta sencilla, sonriente y sincera modelo se ha convertido en actriz por obra y gracia del director Darío Facal.
¿Cómo surgió hacer una obra de teatro en Madrid?
Llevo ocho años estudiando interpretación, combinándolo con la moda y este último año he enfocado mi carrera de actriz al 100%, dejando un poco más de lado mi faceta como modelo. Estoy cumpliendo un sueño y trabajar con Darío Facal es todo un lujo, está considerado como uno de los mejores directores de teatro de España y un visionario de la escena actual. Hace dos años y medio hice mi primer casting con él y finalmente este verano me llamó para hacer la obra ‘El corazón de las Tinieblas’ con su Compañía Metatarso y aquí estoy embarcada y muy contenta con el resultado.
¿Había hecho antes algo parecido?
Ha sido mi primer personaje de peso y más aún en los Teatros del Canal, en Madrid. Hablamos de otro nivel y en octubre voy de gira con dos obras de teatro.
¿Qué significa para usted?
Es un reto muy grande porque se trata de llevar una de las novelas más importantes del siglo XXI al teatro. Trabajar con un director como Darío Facal y ponerme tres semanas delante de estos escenarios ha significado un antes y un después en mi carrera. Es un proyecto muy bonito en el que me he involucrado desde cero, con el directo, desde el proceso de creación y crecimiento de la obra con el ayudante, el técnico de luces, de sonido, el escenógrafo y todos mis compañeros actores. Ha sido muy enriquecedor.
«Tienen que confluir muchas cosas para que te den un buen papel en teatro»
¿No tuvo miedo a enfrentarse a una obra de este calibre en su estreno como actriz?
Le tenía mucho respeto porque es una obra literaria muy importante, pero he hecho un trabajo muy cuidado y delicado. Los procesos de ensayo fueron toda una alegría para mí. Era una oportunidad de tener una visibilidad muy grande y no la podía dejar escapar.
¿Le sirvió como aprendizaje?
Totalmente, porque fueron muchos meses de ensayos descubriendo la obra y los personajes. El director siempre decía: «Entrad en el local de ensayo y dejad que las cosas hermosas vayan sucediendo». Trabajar con una de la mejores compañías de teatro del país ha sido un proceso muy enriquecedor a nivel profesional, y también el hecho de hacerlo con unos actores maravillosos. A nivel personal fue fantástico, me apasionó la calidad, el cuidado y el respeto.
¿Cómo ha vivido este sueño?
Estoy viviendo uno de mis mejores momentos profesionales y personales, hay una realización profesional y personal de ‘yo puedo’, y empiezo a trabajar donde quiero.
¿La ayudaron mucho sus compañeros actores en su estreno como actriz de teatro?
Ernesto Arias es un actor que lleva 25 años haciendo teatro y es muy respetado en Madrid. Imagínate lo que se puede aprender de él. El teatro es la base, ahí es donde realmente se ve si eres buen actor o no, ya que no hay opción de corte o repetición. Hay que estar con todas las emociones y sensaciones a flor de piel. Además, estaba con Keisy Hansen, otro actor ibicenco de la familia de Eric Jan (Teatro Pereyra).
«En Ibiza queda mucho trabajo por hacer en el mundo del teatro. Es muy difícil triunfar»
¿Cuál es su papel?
Soy la prometida de Kurst en esta obra y mi papel representa la forma que tienen los europeos de mirar a otro lado en lugar de enfrentarse a la sangrienta realidad y brutalidad del imperialismo. Ella necesita creer en la bondad y voluntad civilizadora que impulsó a nivel propagandístico todo el tema de exploración y saqueo que hubo en África. Ella mira a otro lado en vez de afrontar la realidad que a día de hoy se sigue haciendo. De algún modo, es una manera de auto-engañarse y sentirse libre de culpa. Hoy en día se siguen librando muchas guerras en el Congo por todo el tema de los minerales de sangre.
¿Es una historia que tiene vigencia todavía?
En esta novela se trata sobre todo el tema del marfil y el caucho en el periodo de Leopoldo II, cuando tenía como colonia el Congo Belga. Esos minerales importantes serían hoy en día el coltán, el wolframio, el estaño y otros que permiten que podamos utilizar nuestros smart phones. Mi personaje representa esa aparente inocencia europea de mirar para otro lado.
Personalmente, ¿cómo ve este expolio en África?
Trabajamos mucho en la obra, dialogamos mucho sobre este tema, cada uno dio su opinión sobre qué es bueno o malo en el colonialismo y cuándo hay que intervenir. Nadie estaría dispuesto a dejar de usar su teléfono móvil hoy día, la solución estaría en cambiar la forma de hacerlo. Es un tema muy delicado.
¿Este papel le ha cambiado la vida profesional?
No creo. A nivel teatral es un sueño trabajar con Facal, pero como él mismo asevera, no se trata de hacer un buen o mal casting, sino que tu perfil encaje en el momento adecuado. Tienen que confluir muchas cosas para que te den ese papel. En paralelo a esta obra he hecho otro papel en una versión de ‘Hamlet’ con otras siete actrices y he estado de gira con ella. Estoy encantada.
«El teatro es poder contar grandes historias a un público desde tu piel»
¿Todo este éxito inicial conlleva un vuelco también en su carrera como modelo?
Se puede complementar perfectamente. Sigo haciendo muchos trabajos de modelo, pero lo que realmente me mueve, me llena y me apasiona ahora es actuar. La moda la tengo como un complemento en estos momentos y por edad me llena más ser actriz. Ahora mismo hay muchas actrices que están haciendo campañas publicitarias. De momento lo compagino pero mi verdadera pasión es actuar.
Para una chica ibicenca abordar teatro de primer nivel es un privilegio, ¿es normal o es algo que sucede?
En Ibiza queda mucho trabajo por hacer dentro de este sector. Tienes que salir fuera, es una carrera de fondo en la que hay que trabajar muy duro, estar enfocado, tener mucha disciplina, y ser muy fuerte mentalmente porque constantemente estás siendo juzgado por tu interpretación, porque en un momento dado eres alta, porque el que va a hacer de tu novio es más bajito, o no les gusta el color de tus ojos. Influyen tantas cosas, tienes que pasar por tantos castings y gente hasta conseguir papeles que tienes que tener una gran fuerza mental.
Entonces, ¿qué significa Ibiza para usted?
Es mi refugio, mi hogar, mi paraíso, mi lugar de desconexión… Estoy enamorada de mi isla. Pero al mismo tiempo tengo que estar fuera de casa, lejos de mi familia, mi gente, mis amigos, para poder hacer lo que realmente me apasiona. En Eivissa no hay salida, en verano se hacen producciones españolas y extranjeras y puedes conseguir cierto trabajo. Cada año participo en varias películas pero luego hay muchos meses en los que no ocurre nada. Es complicado triunfar aquí.
¿Pensó alguna vez en tirar la toalla y dejarlo?
En más de una ocasión me he planteado dejarlo todo y quedarme tranquila en mi isla maravillosa, pero realmente hay algo que me mueve mucho y me dice que debo insistir y que todo con trabajo llega. Llevo muchos años formándome, insistiendo y trabajando. Cuando vi un cartel mío enorme en los Teatros del Canal anunciando la obra pensé para mi interior: ‘¿Ves? Todo llega’.
¿Con qué sueña ahora?
Con levantarme cada mañana y poder trabajar de actriz con personajes con fuertes cargas emocionales.
«Ahora sueño con levantarme cada mañana y trabajar como actriz con papeles de gran carga emocional»
¿Algún rol en particular?
Sé que es un tópico, pero una de mis actrices favoritas es Meryl Streep, porque me parece muy grande. Poder abarcar esa diversidad de personajes es maravilloso.
¿Seguirá participando en la Pasarela Adlib?
Este año me he reservado una semana para poder desfilar en Adlib. Haré pasarelas puntuales, las que realmente me apetezcan. Quizá más dirigida a publicidad y fotografía.
¿Algún futuro proyecto?
Me han propuesto más cosas de teatro de cara a octubre y tengo un proyecto de una película, que probablemente rodemos en octubre-noviembre. También me gustaría meterme en televisión ahora que mi cara se ve en los carteles de promoción teatral. Después de tantos años ya me toca, hay que tocar de todo un poco al principio para ganar en experiencia y recorrido.
¿Qué es el teatro para usted ahora que ha probado las mieles del éxito sobre un escenario?
Es poder contar grandes historias a un público desde tu piel. Los actores estamos abiertos en canal, con las emociones y sensaciones a flor de piel para trasmitirlo al público mensajes, relatos, enseñar valores y un poco de cultura, que creo que hace falta. Con esta obra, no pretendo que la gente deje de comprar smart phones o ir de compras a Zara por el tema de explotación, pero sí que haya una concienciación y una reflexión.
¿Quiere aportar valores desde la interpretación?
Intento aportar valores, cultura y hacer de este mundo un lugar más bonito. Lograr, de repente, que durante la hora y media que dura la función, la gente se olvide del estrés, se relaje y disfrute, evadiéndose un poco de la rutina para meterse en un mundo diferente… con un mensaje.