Es una de las diseñadoras más relevantes del nuevo cuño Adlib. Con su estilo original, colorista y atrevido se ha situado en un lugar privilegiado en la moda de Ibiza en los últimos años, cerrando incluso un desfile Adlib. Es Virginia Vald, una mujer entregada a una pasión que ha convertido su sueño de creadora en una patente y prometedora realidad.
¿Cómo empezó todo?
En 2013, en un viaje en velero con mi marido por el Mediterráneo. Empecé a dibujar, me tomé unos meses sabáticos y ahí me inspiré. Nada más poner los pies en Ibiza cumplí mi sueño e hice la primera colección para mujer.
¿Había hecho otra cosa antes relacionada con la moda?
Siempre he tenido un trabajo relacionado con la moda de alguna manera, sobre todo estilismos. Con 16 años había estudiado patronaje y diseño pero fue muy corto. Había algo ahí y volvió a nacer.
¿Qué es para usted la moda?
Hay muchas maneras de ver la moda. Comercialmente es crear ropa con tendencias, cómoda, ponible y sofisticada, por eso tengo dos versiones. No ponible en el sentido de no usarlo para tu vida cotidiana. La moda en general es estar un poco al día de las tendencias, estar cómoda y sentirte tú. Mi filosofía no es ponerme algo solo por tendencia.
¿Qué significa para usted la pasarela Adlib?
Adlib ha sido mi trampolín, mi cuna, mis maestros. Querer estar en Adlib y aportar mi estilo me ha exigido mucho, ha sido una gran escuela para mi. He aprendido de forma autodidacta.
«La moda, en general, es estar un poco al día de las tendencias, estar cómoda y sentirte tú»
¿ Se considera una diseñadora Adlib clásica?
No lo soy, no lo quiero ser ni lo pretendo. No quiero ocupar el puesto de otros diseñadores o hacer lo mismo, no es mi objetivo. Los que hacen Adlib, que son los clásicos, hacen una moda maravillosa con sus técnicas y estilos que han triunfado durante años. ¿Para qué hacer lo mismo? Trato de reinventar un poco, reconstruir y renovar, y de forma autodidacta, interpretar la moda de los años 70 de forma más actual. Por ejemplo, saltándome algunas reglas del blanco o de las puntillas, intentando respetar siempre la línea Adlib. El que busca algo Adlib busca el blanco, el algodón y la puntilla.
Se ha decantado por el color.
Me he encaminado más por el color y los tejidos diferentes. No soy un clásico de Adlib, pero pertenezco al grupo de los nuevos diseñadores de Ibiza. Este concepto es toda una polémica. Algunos diseñadores no me consideran Adlib y lo entiendo porque se ha creado como un grupo de diseñadores que se les ha denominado también Adlib y que uno esté de acuerdo o no, es otra cosa. Se nos ha denominado así y luchamos y apostamos unos por otros y pese a que somos competencia estamos juntos.
¿Romper con el blanco y otros estereotipos le ha permitido que su estilo sea más actual y que se internacionalice?
Por un lado, me permite que se expanda más. Personalmente soy muy clásica y tengo una parte muy conservadora, pero soy muy versátil y se nota en mis colecciones. De repente saco una línea muy atrevida, descocada y sexy o creo otra más clásica para una señora con un comportamiento más serio. Soy así y lo reflejo.
¿Cómo define sus creaciones?
Originales, elaboradas y pensadas. Creo sinceramente que hago moda, tengo facilidad para crear y trabajo muy duro para conseguir mis objetivos.
Mezcla mucho color, fantasía y da un toque sexy a su ropa ¿Es su sello o es la tendencia de la moda de Ibiza?
Es un poco la tendencia Adlib y me tengo que reprimir de no hacer lo que ya está. Para ello estudio la moda y cómo puedo aplicar las tendencias y mantener la esencia de Ibiza sin parecerme a otro diseñador. Me tiro muchas horas estudiando cómo hacerlo. Es fácil que te pongan la etiqueta de que te pareces a otro creador porque realmente está todo inventado.
En sus desfiles viste a sus modelos de ángeles, ¿es por algo en particular?
Me apetecía hacer algo especial en un evento de las características de Adlib. Siempre me han hecho mucha gracia los desfiles de Victoria’s Secret porque parecen muy originales. Se me ocurrió hacer unas alas diferentes para tener cada año un ángel en la pasarela. Este año la temática era ‘Ángeles y Reinas’ y la colección era como muy imperial, floral y con coronas. Teniendo en cuenta que la próxima colección será más rockera, veremos que surge.
«Adlib ha sido mi trampolín, mi cuna y mis maestros. Ha sido una gran escuela, y soy autodidacta»
Es partidaria de añadir música en vivo en sus desfiles con una saxofonista sexy, por ejemplo.
Un desfile en Ibiza es un evento divertido, un show, a veces muy largo y hay que entretener al público. Tengo una capacidad de crear increíble, así que he intentado hacer una parte de novias, otra de vestidos de fiesta insinuantes y un show para que surja un mix donde se vea la calidad del trabajo y hasta donde puede llegar mi creatividad, de forma artesanal.
Las transparencias y materiales que utiliza son muy peculiares, ¿forman parte de su ideología de moda?
A veces pienso que el material lo es todo y otras veces creo que es el diseño y el patrón. Intento estudiarlo todo, darle a cada modelo el material o el diseño adecuado y en otros diseños lo pongo todo. Me encanta el juego de los materiales, voy a mercadillos incluso a comprar retales.
¿Las transparencias también?
Sí, no puedo evitarlo. Luego las clientas me preguntan si vendo forros aparte pero algunas acaban poniéndose el traje sin forro.
De 2013 a 2017 ha logrado un éxito fulgurante, cerrando incluso un desfile Adlib, ¿cómo lo explica?
El reconocimiento al trabajo al final se ve. La dedicación, el amor y la pasión que tengo por lo que hago se transpira. Incluso me lo dicen clientas que no saben que la ropa que llevan es mía. Eso es lo que transmito en todos mis diseños, tanto en pret-à-porter como en alta costura o novias. Supongo que es normal que haya un reconocimiento al cabo del tiempo.
«Hago colecciones originales, elaboradas y pensadas. Creo que hago moda sincera»
¿Diferencia bien el pret-à-porter y la alta costura?
Lo tengo muy definido, mis líneas son muy estudiadas. Pret-à-porter es producción y ahí hay acabados que no hago yo y la alta costura solo pasa por mis manos. Tengo unas propuesta y el cliente es el que juega con ello. Dispongo un taller propio y hay clientes que me piden modelos a la carta donde pueden mezclar lo que quieran. Puedo jugar, si un cliente me dice que le gusta un vestido para venderlo en su tienda pero es de 1.000 euros puedo hacer un mix para que sea de 500 euros, es un vestido de pret-à-porter pero con cosas de alta costura. Esto me lo piden tiendas especiales y hacerlo me vuelve loca.
¿Lo hace a medida?
Lo hago menos, mis colecciones están ya preparadas para hacer cambios. Se trata de estudiar antes de elaborar.
Le apasiona igualmente el traje nupcial, ¿qué tiene de especial para usted un traje de novia y qué lo diferencia de un vestido de noche o de alta costura?
Mis vestidos de novia son de alta costura casi todos. Empecé hace un año y algo a hacer trajes de novia, se me ocurrió porque me vinieron a buscar, lo inicié porque tenía demanda. Me buscan porque les gustan los vestidos que diseño pero para que los haga como traje de novia. Es un poco trasladar lo que ya tengo a más blanco, chantillí, brocados, perlas, bordados, satinados, sedas, etcétera. y todo lo que son los tejidos más nobles.
En su último desfile presentó 67 creaciones, ¿por qué hace una colección tan grande?
Esto fue en KM5. Además del cariño que le tengo al lugar y a la familia, pensé que después de tanto esfuerzo para preparar un desfile, los 15 minutos que duran pasan muy rápido. Me comprometí a hacer un desfile más largo y atractivo ya que venía gente y compradores de fuera a verme y quería mostrar todas mis vertientes, desde el pret-à-porter a lo más original, sofisticado y extravagante, como las alas. Fue muy divertido, la gente se lo pasó muy bien.
«No me explico cómo se puede hacer una camiseta a tres euros. Me suena a explotación. Son prendas manchadas de sangre»
¿Y cómo lo consigue?
Mis colecciones son muy amplias. De pret-à-porter tengo unas 80 prendas, soy muy atrevida.
¿Se puede hacer una camiseta por tres euros?
Yo no. No me lo explico, me suena a explotación. Esas prendas están manchadas de sangre. Soy muy ‘Made in Spain’. Produzco en España, he probado a producir fuera pero como me gusta controlarlo todo y verlo con mis ojos, me absorbe mucho más la energía, el descontrol y quién lo estaba haciendo lejos que pagar un poco más y hacerlo en España. Me gusta ver quién lo está haciendo, cuándo y cómo. Lo más barato que tengo en mi colección son unos forros a 15 euros y no gano mucho en ello.
¿Qué sueña VV: Virgina Vald?
Sueño con éxito, triunfo, poder vivir de esta pasión en la que me he metido y lograr vivir bien de ello. No hablo de éxito o de fama, para mi el éxito es el equilibrio entre lo que te hace feliz: tu familia, tu casa, el que vayas a trabajar con ganas, que te alimente y que disfrutes.