Normalmente las ceremonias tienen dos partes bien diferenciadas. Por un lado, la más seria y solemne que siempre tiene un claro componente cargado de romanticismo; y por otra parte, la de la fiesta y diversión, cuando novios e invitados, en el caso de una boda, dejan atrás los nervios iniciales y se vuelcan en disfrutar y celebrar como merece el enlace. Es en ese momento cuando el photocall o fotomatón aparece como elemento indispensable para pasárselo bien. Desde el abuelo, la tía más gruñona o hasta el niño pequeño se suman a esta fiesta y se dejan fotografiar ataviados con unas grandes gafas, pelucas o todo tipo de complementos.
Este tipo de fotografías cada vez son más frecuentes en los eventos como las bodas, comuniones o cumpleaños. Así, al recuerdo de un precioso album de fotos en el día de tu boda donde el entorno, el posado y la imagen son fundamentales para que el resultado sea perfecto, se suma otro tipo de detalle, como son estas fotos divertidas y graciosas, que vistas al día siguiente o con el tiempo siempre arrancan una sonrisa.
Las máquinas permiten varias posibilidades, como vídeos, dejar mensajes o firmar las fotografías y por su manejabilidad se pueden desplazar a cualquier sitio.