El turismo está cambiando en Ibiza y Formentera a una velocidad vertiginosa que hace difícil seguir su ritmo y prever lo que sucederá en el futuro inmediato, o sea, mañana mismo. El lujo ha entrado por la puerta grande empujando con fuerza un cambio que requiere un tiempo, un ritmo de adpatación y un gran conocimiento del mercado. De repente hemos pasado del turismo familiar, del todo incluido y los visitantes hooligans en algunas zonas y barrios de las islas, a la exclusividad y al lujo, en algunos casos grandilocuente y feroz.
La gastronomía y la restauración como motores básicos de la oferta complementaria turística se han visto transformadas por este huracán de opulencia y de poder que atrae ya no solo a deportistas de èlite, magnates, personajes, artistas y millonarios sino también a la crème de la crème de Hollywood, la Costa Azul, la Costa Esmeralda y otras zonas del mundo que tienen a Formentera y Ibiza como modelo de futuro a seguir.
Las nuevas tecnologías han contribuido a amplificar este fenómeno que pone a las Pitiusas en el mapa de vacaciones de toda Europa y el resto del mundo. Ibiza tiene algo especial, mágico y atrayente en todo y la gastronomía no iba a ser una excepción.
Esto explica en parte el auge de los espacios gastronómicos de lujo y renombre internacional que se han instalado en los últimos años en las islas y el número de chefs con estrellas Michelin y franquicias internacionales que se han fijado en el potencial culinario de la nueva oferta turística de gran lujo que ha tomado Ibiza y Formentera casi al asalto.
La historia viene de lejos y comenzó en el restaurante de la discoteca KU en los años 80 con Pedro Subijana, gran maestro de la cocina vasca, y sus colegas de San Sebastián, le siguió el desaparecido chef catalán, Santi Santamaría en el Hotel Na Xamena, y recientemente han llegado en tromba Sergi Arola, Paco Roncero y los hermanos Albert y Ferran Adrià, sin olvidar a ilustres europeos que han dejado alguna huella espontánea como los holandeses Sergio Herman o Herman den Blijker, el televisivo cocinero del programa ‘Pesadilla en la cocina’ en versión holandesa, y el recién llegado Gennaro Exposito, todos con dos o tres estrellas Michelín bajo el brazo.
Grandes marcas y chef
La llegada de estos grandes maestros de los fogones ha venido acompañada por marcas potentes e ilustres de la gastronomía internacional como Cipriani, Cavalli, Estado Puro, Sublimotion, B-For, El Carnicero o It.
Otros restaurantes están potenciados por destacados grupos de ocio ibicencos como es el caso de Lío, Ushuaïa, Minami, Montauk, Sir Rocco, Modest (Destino), Pachá, Blue Marlin, El Chiringuito, Sir Rocco, Nassau Tanit Beach, Ca Na Xica y también algunos rincones de fama local que han transformado en nuevos espacios gastronómicos como Belle Ibiza, Catch, Capuccino, Orso, Nikki Beach, Forever, Bottega Bernacca, Bo Kao, entre otros, y la nueva sensación de los hermanos Adrià y el Cirque du Soleil: Heart.
La Milla de Platino
La zona del Paseo Juan Carlos I es el mejor ejemplo de la transformación que se está produciendo en el sector de la gastronomía y la restauración de más alto nivel. La nueva ‘Milla de Platino’ alberga en menos de un kilómetro a restaurantes del calibre de Heart, Cipriani,Cavalli, Lío, Blue Marlin Marina Ibiza e It como primeros espadas y en sus alrededores surgen otras alternativas de primer orden junto a restaurantes tradicionales como sa Nansa, Calma, Il Gardinetto y Ocean Drive, entre otros. Can Dani en Formentera es la excepcionalidad independiente con una estrella Michelín, la única de las Pitiusas.
La variedad se centra en la capital de la isla pero hay otros lugares a pie de carretera y en pleno campo con nuevas propuestas como el restaurante ecológico Aubergine, Ses Escoles, Ca Na Xica y de cocina tradicional o de autor como Can Pau, Can Lluc, Can Curreu, Atzaró.
La playa ha sido tomada por los beach clubs que han convertido a los genuinos y emblemáticos chiringuitos alabados por el gran maestro Juan Mari Arzak, en lujosos rincones gastronómicos a pie de arena y con sabor a mar. Platja d’en Bossa es otro de los escenarios donde la oferta de ocio y restauración de nivel ha revolucionado la geografía playera, con música y espectáculo acompañando a sofisticadas cartas de comida y champanes de miles de euros por botellas. Blue Marlin Ibiza revolucionó el concepto al que se han sumado Ushuaïa Beach Club, Sir Rocco, El Chiringuito, La Escollera, Beachhouse, Nassau Beach Club, Nassau Tanit Beach, In Heaven, Tropicana o Cala Bassa Beach Club.
Pero a pesar de la llegada a Ibiza de las grandes figuras de la cocina mundial y de la transformación que se ha experimentado en la oferta de restauración, la cocina y el producto ibicenco y mediterráneo, como no puede ser de otra manera, siguen mandando en la mesa. Muchos de los grandes chefs que ahora trabajan aquí adaptan sus platos al contexto y a la buena materia prima que se encuentran en las Pitiusas; y muchos de los restaurantes tradicionales siguen manteniéndose como referentes culinarios y son un importante reclamo para los turistas que nos visitan.