[dropcap type=»1″]L[/dropcap]a búsqueda de la comodidad de los pacientes y la fiabilidad de los tratamientos es la lucha constante de la medicina. En odontología los grandes avances vienen hoy de la mano, en su mayor parte, de los nuevos materiales y de las técnicas informáticas.
La cirugía guiada, que nos permite la colocación de implantes cada vez con más precisión y menor trauma quirúrgico, y por tanto menor molestia postoperatoria para los pacientes, es una técnica de gran ayuda y futuro en el día a día de nuestras consultas.
Es ya también una realidad, aunque todavía debe desarrollarse mucho más para ser fiable y práctico, el nuevo escáner para la toma de impresiones (medidas) en la boca sin las engorrosas pastas que tanto problema nos dan a veces.
En cuanto a nuevos materiales, algunos son ya realidad como el zirconio y las prótesis sin metal. Y otros están en fase de estudio como el grafeno para la fabricación de implantes o el diente de tiburón para los biomateriales de injerto.
Otra aplicación que se está estudiando para el grafeno es un sensor pegado a un diente que, a través de la saliva, podrá detectar con antelación ciertas enfermedades. ¿Ciencia ficción o futuro?
En la Universidad de Columbia están desarrollando un nuevo sistema, mediante el cual, a partir de un cultivo de células madre dentro del maxilar del paciente y un material de andamiaje para darle forma, en nueve semanas podremos tener un diente nuevo, natural y con la forma que hayamos predeterminado. Cuando lo vea me lo creeré.
Y todavía más: investigadores valencianos aseguran haber aislado una nueva bacteria, a la que llaman strectococcus dentisani, que nos protegería de la caries, y están estudiando comercializarla en chicles, enjuagues y yogurts.
La investigación sigue su curso, la mayoría de productos nuevos se quedará en el camino, pero alguno llegará en su día a ser un gran avance para la ciencia. El tiempo lo dirá.
Mientras, los dentistas del día a día continuaremos con nuestro trabajo, atentos, eso siempre, a cualquier novedad que represente realmente una mejora en la atención a nuestros pacientes. Pero no olvidemos nunca que la mejor tecnología es muy triste si se deshumaniza. Los médicos debemos siempre tener en cuenta que somos personas atendiendo a personas.