La familia Urquiola tiene su residencia de verano en Ibiza desde hace varias décadas. Su casa ibicenca en las colinas de Can Tomás es un alarde de conservación y restauración de la casa rural ibicenca. En ella se reúne la familia cada verano para disfrutar su particular paraíso, en particular Lucía madre y las hermanas Lucóa y Patricia Urquiola, ambas ligadas a la arquitectura, el interiorismo y la decoración.
Este importante vínculo con la isla contribuyó a que la joven Catalina Ruiz-Urquiola decidiese contraer matrimonio en el lugar donde ha disfrutado de grandes momentos en su juventud. Cati y Francisco Javier Fernández celebraron su enlace en la iglesia de Sant Llorenç en pleno mes de agosto, cuando el termómetro se disparaba por encima de los treinta grados. Eligieron el blanco de codigo de vestir para los hombres y absoluta libertad crematísticas para los elegantes y fantásticos vestidos de las mujeres de la familia e ilustres invitados llegados de Sudamérica, Estados Unidos, España e Italia.
Cati y Francisco Javier vivieron la boda soñada por muchas parejas en la iglesia de Sant LLorenç transformada en un vergel de flores y plantas por el artista ibicenco, Toni Riera y la batuta de la famosa diseñadora y arquitecta, Patricia Urquiola. La elegancia de los invitados, los trajes largos, los smokings y pajaritas dieron un toque de sofisticación natural a este evento que tuvo continuidad al caer la noche y hasta la madrugada en los jardines y comedor del restaurante Es Jardins.
El cóctel y posterior cena fue otro momento de ensueño para los contrayentes e invitados que degustaron un exquisito menú en medio de una exuberante decoración de pequeños árboles, platas y flores que recordaba el Jardín del Edén. El enlace de Cati y Francisco contó también con la presencia de nombres importantes de la moda, la música y la arquitectura como Paola Fendi, el cantante Raphael y su mujer Natalia Figueroa, el arquitecto Alberto Zontone y la diseñadora de joyas Ippolita Rostagno.