Cuidar la boca del bebé es esencial «desde el principio». Aunque la muchos padres no desarrollen esta práctica, es recomendable pasar una gasita mojada con agua por las encías tras la toma de la leche ya desde los primeros meses de vida, según recomienda el Colegio Oficial de Dentistas de Balears. Así, además de evitar la aparición de hongos en la boca, le estaremos dando un masaje que puede ser reconfortante especialmente durante la salida de los primeros dientes.
En el momento de la erupción de los dientes, se puede alternar la gasa con un cepillo muy suave o bien uno de silicona, que son muy cómodos y fáciles de utilizar. Con estas prácticas, el niño comenzará a habituarse al mantenimiento de una correcta higiene bucal, lo que facilitará el cepillado en el futuro.
Muchos bebés se muestran ‘desesperados’ ante la salida de sus primeros dientes, normalmente en torno a los seis meses de edad. Existen diferentes ‘trucos’ para conseguir que el pequeño sufra menos dolor, como ofrecerle mordedores de silicona (preferiblemente lisos y un poco fríos), o «mojar un trapito con agua fría y dejarle que lo muerda», según el Colegio de Dentistas de Balears. Durante esta fase, es normal que aparezcan unas décimas de fiebre.
El momento en que salen los dientes no es tan importante como el orden en el que se produzca la erupción. El retraso del crecimiento no es un problema si es supervisado, pero sí puede haber contratiempos si no se cumple el orden adecuado: primero los incisivos centrales inferiores, después los superiores, y más adelante los incisivos laterales que siguen a los centrales.
Es esencial que tanto en este caso como en alteraciones en la forma, el número, el tamaño o el lugar en el que salen los dientes se consulte con un especialista.
La beneficiosa lactancia materna
La lactancia materna es muy beneficiosa para el bebé, no solo por la leche en sí sino también para el desarrollo de la boca. «La succión de la leche del pecho de la madre hace que la mandíbula se mueva hacia delante, hacia atrás y hacia los lados activando el crecimiento de los maxilares», apuntan desde el colegio balear de odontólogos. «A diferencia del biberón, el pecho de la madre llega más profundo en la boca del bebé permitiendo que se desarrollen los huesos mencionados».
Respecto a la alimentación, la odontóloga Sara Guasch afirma que «el abuso de dietas blandas tampoco es favorable». La especialista afirma que el niño debe «masticar y triturar para favorecer una buena oclusión desde la aparición de los primeros dientes».
Los malos hábitos alimentarios afectan a la formación de los dientes y la aparición de caries
Si el niño utiliza chupete o se chupa el dedo, es recomendable que deje de hacerlo alrededor del año o año y medio. A partir de los dos años, cualquiera de estos hábitos puede derivar en deformaciones en la boca «debido a la fricción y a que el dedo y el chupete se interponen entre los dientes de arriba y de abajo y pueden crear un hueco». Por otro lado, el paladar también puede subirse y cerrar la vía respiratoria superior, lo que deriva en que los niños acaben respirando soo por la boca, con las patologías que conlleva.
La primera visita al odontólogo
Los niños deberían acudir al dentista por primera vez alrededor de los tres años, al finalizar la dentición
La mayor parte de las clínicas de la isla han reforzado sus servicios de odontopediatría. Cada vez más concienciados, los padres se preocupan de la salud bucal de sus hijos, pero, ¿cuándo realizar la primera visita al dentista? «Los niños finalizan la dentición a los tres años, y ya deberían tener una primera visita con el dentista», afirma Sara Guasch, quien afirma que esta visita puede suponer un primer paso para acostumbrar al niño al odontólogo, la clínica y el equipo. «Se establece un primer vínculo de confianza», agrega la odontóloga.
«Las primeras citas son para tener una toma de contacto, para que los niños estén en la clínica como en su casa», expresa por su parte el doctor Alberto Fernández. El uso de juegos, dibujos animados y vídeos es esencial en algunas clínicas para ganarse esa confianza del niño, y que se muestre predispuesto a colaborar con el odontólogo. «Cuando salen los dientes hay que realizar la primera visita. Pienso que el momento ideal es cuando puedes dialogar con el niño, explicarle por qué viene a la clínica y entablar una conversación con él», agrega Fernández.
La importancia de la alimentación
«Los malos hábitos alimentarios durante el desarrollo del niño afectan a la formación de los dientes y a la instauración de una flora bacteriana agresiva con gran potencial de provocar caries», explica la doctora Sara Guasch, quien incide en que la ‘comida basura’ afecta directamente al correcto desarrollo del niño, a su salud general, y provoca alteraciones dentales.
Es esencial promover unos buenos hábitos alimentarios desde la primera infancia, evitando la excesiva ingesta de azúcares. «Durante las comidas, los alimentos dulces son menos perjudiciales porque, al haber más saliva y otros alimentos, el azúcar [que provoca caries y contribuye a la obesidad infantil] está menos tiempo en contacto con los dientes», indican desde la Asociación Española de Pediatría (Aeped). Los zumos naturales, integrados en una comida, un desayuno o merienda pueden formar parte de una dieta sana. «Lo que no es bueno es tomar zumos para la sed, entre horas, sean naturales o no», apuntan desde la Aeped. «Para la sed lo mejor es el agua».
La ingesta de azúcares puede provocar caries y otras alteraciones en la salud bucodental del niño
Desde la Aeped recomiendan «animar a los niños a participar en la compra y la preparación de los alimentos, no utilizar la comida como premio o castigo y aprovechar las comidas (sin televisor) para promocionar los hábitos saludables y las relaciones afectivas».
Los pediatras indican también que las excepciones «no son el hábito», que es lo realmente perjudicial, pero que hay límites que no se deben sobrepasar como «endulzar el chupete con azúcar o con miel».