Alimentar a los animales correctamente es esencial para velar por su salud y bienestar. Por ello es importante conocer ciertos aspectos biológicos de las mascotas para no equivocarse a la hora de ofrecerles alimentos que no solo no les benefician, sino que pueden causarles daños irreparables.
Existe un listado de frutas y verduras que perros y gatos no pueden comer. «A pesar de las bondades de la comida preparada en casa, de la que somos defensores, hay ciertos ingredientes que son buenos para los humanos, pero no para los perros y los gatos», explica el veterinario Fernando Ribas, quien advierte de que las necesidades de una y otra especie son diferentes, pero hay alimentos que ninguno de ellos debe ingerir.
Los gatos son carnívoros puros. Su tracto intestinal es demasiado corto para digerir verduras, que tienen gran cantidad de fibra y son más difíciles de procesar. «La carne necesita menos longitud para que sus nutrientes sean absorbidos en el intestino», comenta Ribas, quien destaca que, si el gato no ingiere la carne suficiente, «a menos que se calcule la dosis exacta de suplementos artificiales», enfermará. ¿Puede un gato comer verduras? «Sí, sí que puede, pero no en exceso — responde Ribas—. Las frutas y verduras no deberían exceder el 10% de la ingesta diaria del gato».
Los perros son omnívoros, como los humanos: comen carne pero también cereales, vegetales y fruta. «Hay propietarios que intentan trasladar su estilo de vida a las mascotas, algo que no recomiendo», apunta el veterinario, quien explica varios casos de gente vegana que quiere que sus perros lo sean también. «Un perro podría ser vegano, pero habría que suplementar muy bien las vitaminas que aporta la carne y, sobre todo, el calcio», recomienda Fernando Ribas, quien alerta ante la venta de piensos veganos para gatos: «Un gato nunca puede ser vegano, es una barbaridad».
Al margen de que los mininos y los perros puedan comer zanahorias, guisantes, y otras verduras, hay una serie de frutas prohibidas por los efectos que tienen en sus cuerpos:
• Uvas y pasas. Las uvas son frutas tóxicas para gatos porque en grandes cantidades, tanto las uvas como las pasas, pueden afectar al riñón del animal, y en pequeñas cantidades causan diarrea.
• Plátanos. El plátano también es una fruta tóxica para gatos y perros: «les causa diarrea, a menos que les des un trocito muy pequeñito», informa Fernando Ribas.
• Cítricos: naranjas, limones, pomelos. Los cítricos generalmente también causan diarrea y malestar estomacal a gatos y perros. El veterinario subraya: «Pero esto es menos grave, porque ellos de modo natural no se sienten atraídos hacia estos alimentos, con lo cual el riesgo de accidentes es bajo».
También hay una serie de verduras que jamás deben comer los perros y los gatos:
• Cebollas y ajos. «Cuando decimos cebolla y ajo, también hay que incluir las hortalizas relacionadas como puerros o cebollino», anuncia Ribas. La cebolla y el ajo en muy pequeñas dosis de vez en cuando no son dañinos para los gatos y los perros, pero sí son peligrosos en dosis considerables o repetitivas. Estas verduras contienen tiosulfato, que puede llegar a destruir los glóbulos rojos de la sangre en gatos y perros, con lo cual pueden causar anemia. Entre ajo y cebolla, es peor la cebolla, porque contiene el tóxico en dosis mucho mayores que el ajo. «Recomendamos que no se incluya ajo ni cebolla en las recetas que se preparen, especialmente para los mininos», asevera Ribas.
• Patatas crudas. «He leído en internet y visto algún vídeo en el que se dice que los gatos no deben comer patatas, porque son tóxicas. Eso es falso —lamenta Fernando Ribas—. Y es una pena, porque esos vídeos tienen miles de visitas y la información simplemente es incierta».
La realidad es que las patatas crudas, las hojas y el tallo de las plantas de patata contienen una sustancia llamada solanina. «La solamina es amarga y muy tóxica, tanto para animales como para humanos, incluso en pequeñas dosis. ¿Entoces? La parte buena es que este alcaloide tóxico desaparece cuando hervimos las patatas. Así que las reglas son: no tengas plantas de patata cerca de tus gatos y dales patatas como parte de su dieta si lo deseas, ¡pero siempre patatas hervidas!», indica el veterinario.
• Tomates verdes, hojas y tallos de la planta del tomate. El tomate es pariente de la patata, o sea, miembro de la familia de las solanáceas y, por tanto, también contiene solanina. «Como en el caso anterior, tomates verdes, hojas y tallos de la planta del tomate son alimentos totalmente a evitar para los gatos y los perros», remarca Fernando Ribas, quien añade: «Por suerte, recordemos que la toxina desaparece al hervir. Por eso, se podría dar al gato parte de una lata de sardinas en tomate, por ejemplo, o un poco de pasta con salsa de tomate».
• Aguacates o paltas. El aguacate es fruto del aguacatero o persea americana, familia de las lauráceas. «Por muy bueno que esté, y os aseguro que su textura aceitosa resulta atractiva para los gatos y los perros, no es bueno darles aguacate —destaca Ribas—. Estamos en lo de siempre, no van a morir porque les demos un mini trocito de vez en cuando, pero ingestas grandes o continuadas son nocivas para los gatos a causa de la persina».
La persina es una sustancia fungicida que produce esta planta para matar hongos y mohos que le perjudicarían, y está presente en sus hojas, fruto y semillas. Así que tiene lógica que la persina sea tóxica. «No se sabe exactamente cuál es la dosis que provoca reacciones adversas, pero sí se sabe que la persina es tóxica para muchas especies de animales: perros, gatos, caballos, ganado y aves por ejemplo —enumera Ribas—. Por precaución, mejor evitar dar aguacate a las mascotas (y mantenerlos fuera de su alcance, porque ellos sí lo intentan comer por su untuosidad y consistencia agradable)».