La zona industrial de la carretera del aeropuerto es una de las más singulares de la isla. Desde que allá por finales de los años setenta se instalaran las primeras naves en las cercanías de la terminal aeroportuaria, junto a la vía de acceso, esta zona industrial ha ido creciendo de manera paulatina hasta convertirse en una de las más amplias y con mayor variedad de negocios y servicios de la isla.
En realidad, esta zona no se puede considerar un solo polígono ya que está divida en dos partes bien diferenciadas: una primera que va desde Sant Jordi hasta la rotonda de Can Funoi y otra segunda franja conocida como Can Frígoles, que abarca desde Can Fonoll hasta el aeropuerto. Ambas han crecido mucho en los últimos años, de manera bastante anárquica y sin una regulación muy específica, lo que lógicamente ha provocado dificultades en el funcionamiento y el diseño de estas zonas industriales como reconocen los propietarios de los negocios y la propia administración.
La primera regulación llegó en el año 1986 con las Normas Subsidiarias de Sant Josep
La primera regulación llegó con las Normas Subsidiarias del Ayuntamiento de Sant Josep, aprobadas en 1986 bajó el gobierno del PP. Hasta entonces no había ninguna normativa municipal que distinguiera las calificaciones de los suelos y aquella fue la primera, aunque no resultara muy eficaz.
Como recuerda el alcalde Josep Marí Ribas, Agustinet, las NNSS de 1986 «eran una normativa bastante inconcreta». El alcalde señala que en aquellos años se encontraba en la oposición y batalló para intentar mejorar la normativa. De hecho, sobre las naves que debían levantarse en la zona de Can Frígoles, al tratarse de la llegada a Ibiza, y ser la primera impresión que reciben los turistas, en el texto se decía que debía ser una zona industrial ajardinada.
En posteriores modificaciones puntuales de las normas de 2009 y 2014 se decidió una ampliación de la zona en la que ya se determinaban mejor los usos, los espacios y aparcamientos para que el crecimiento fuera más ordenado. Esta ampliación se ubica junto a la rotonda de Can Fonoll y es debido a la alta demanda.
Sin junta de propietarios
En la actualidad esta zona industrial carece de una asociación o de una junta de propietarios. De hecho, nunca ha existido y aunque algunos de los empresarios consultados aseguran que en los últimos años ha habido intentos de asociarse para poder hacer una frente común a la hora de plantear mejoras y reivindicaciones, hasta el momento ninguna de las iniciativas ha fructificado.
Las primeras naves se instalaron a finales de los años 70 en las cercanías del aeropuerto
Entre las reclamaciones, la mayoría de empresarios coincide en que hay que mejorar la señalización de las zonas industriales y los accesos. Vicente Coll, de Vila Gres, asegura que muchos de los accesos «son deficientes» y están «mal señalizados». También destaca que hay zonas que no están asfaltadas lo que perjudica el constante tráfico de camiones y furgonetas de la zona y algunos espacios están «algo abandonados».
Más vigilancia
Los empresarios reclaman mejores señalizaciones y accesos y piden más vigilancia en la zona
De similar opinión es Cati Marí, de Carburos Metálicos, quien además incide en la falta de vigilancia en la zona. «Hace dos años nos entraron a robar cinco veces y muchos negocios de la zona también lo sufrieron; el año pasado parece que mejoró la cosa, pero la verdad es que no se ve mucha Guardia Civil ni Policía Local por allí», comenta Marí.
El alcalde de Sant Josep también recuerda que por culpa de la mala regulación que se hizo en su día cerca de la zona industrial hay una zona residencial que sufre diversos problemas de ruido y molestias a causa de la actividad industrial.
En la actualidad casi la totalidad de las naves están ocupadas y ya se ha previsto una ampliación
Pero a pesar de los problemas, que no son ajenos a otros polígonos industriales de la isla, este espacio sigue creciendo y en la actualidad prácticamente el cien por cien de las naves están ocupadas, lo que significa que la industria se mueve y que la actividad en esta zona va a más. Cada vez son más los negocios de muy diversa índole que apuestan por instalarse en las cercanías del aeropuerto.