La mesa es el lugar donde las familias y amigos pasan más tiempo en Navidad. Es el centro de todas las miradas. Lo primero que se ve al llegar a una casa. Así que mimar este espacio y darle la importancia que tiene en estas fechas es fundamental.
Además la mesa, como el resto de la casa, refleja la personalidad de los anfitriones. Por ello, lo mejor es seguir el estilo del día a día, no hace falta tirar la casa por la ventana para que el espíritu navideño se cuelen entre los platos y cubiertos. Basta con aplicar el sentido común, aprovechar todo lo que se tiene en los armarios y dar un toque navideño con algunos complementos.
No hace falta gastarse mucho para decorar con elementos navideños
El primer paso para llevar un orden es de abajo a arriba, así que el mantel es el primer elemento que debemos elegir. Lo ideal es elegir uno que llegue hasta el suelo. Si es claro, mucho mejor, porque dará opciones para recargar más la mesa con distintos elementos decorativos. Para los gustos más clásicos, el mantel de hilo blanco o crudo es la apuesta segura. A partir de ahí, casi todo vale, hasta los individuales; la única excepción es el plástico o papel.
Las servilletas deben ser también de tela, y además son un elemento idóneo para decorarlas. Mejor si son a juego con el mantel, pero si no hay suficientes, pueden combinarse con colores o motivos acordes con el resto de la decoración. Un servilletero con una rama seca, una hoja, una estrella, una pequeña bolita o un lazo; casi cualquier elemento sirve para unificar y ayudar a transmitir la fecha que se conmemora.
Una buena idea es situar un espejo con luces en un extremo de la mesa
Una vez que se ha elegido el mantel y las servilletas, la vajilla es el siguiente paso. También en este caso es complicado que todos los servicios sean iguales. Siempre que el resultado sea armonioso, todo tipo de combinaciones están permitidas. Si la vajilla es blanca, lo ideal es colocar como bajo plato uno de colores que contraste. Estas Navidades la tendencia es el color y las vajillas no podían ser menos. Blas Hernández Galindo, propietario de Cocoq, apuesta por el rojo. «Los platos de cristal en este color ofrecen muchas posibilidades y luego se pueden utilizar todo el año».
Las copas son también uno de los objetos que más destacan en la mesa. Aunque parezca obvio, lo más importante es que estén totalmente relucientes. No importa combinar copas con vasos, incluso de colores distintos. Tampoco es necesario sacar todas las copas, sino las que se vayan a utilizar.
Cuando los elementos imprescindibles están ya dispuestos, llega el momento de centrarse en los complementos navideños. Una buena solución es encargar o hacer en casa un centro de mesa natural con ramas de pino, acebo o piñas, por ejemplo. Es importante tener en cuenta que no deben ser altos para no dificultar la visibilidad de los comensales. También es tendencia este año colocar un pequeño adorno en un extremo de la mesa, por ejemplo, una corona con bolas o un espejo con luces.
La solución clásica que nunca falla son las velas. Un truco para ‘ambientarlas’ es decorarlas con encajes, purpurina, ramas secas o cintas de colores o, incluso, meterlas en frascos.
Una tendencia en alza es colocar en el techo estrellas, copos de nieve o grandes bolas a modo de colgantes móviles que desciendan a distintas alturas sobre la mesa.
En cuanto a los colores, casi todo vale. En 2016 la única pauta es que sean vivos y brillantes. A los tradicionales rojo, verde, dorado o plateado se suman todas las tonalidades de azules, rosas y blancos. Como en todo el año, en decoración la única norma es combinar con buen gusto.