Diversos estudios han demostrado que la lectura mejora la capacidad y el progreso lingüístico de los niños. De hecho, el hábito lector está directamente relacionado con el rendimiento académico, así que cuanto antes se expone un niño a la lectura, mejor es su capacidad lingüística y sus habilidades en ese sentido, tan necesarias en todas las facetas de su educación. Así lo afirma la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap), que en los últimos años ha lanzado distintas campañas de promoción de la lectura.
Además, la lectura no solo inspira el desarrollo del lenguaje en el niño, sino que también es una buena forma de establecer vínculos duraderos entre padres e hijos, según aseguran desde esta asociación. Entre otras cosas, la lectura permite a los niños aprender las palabras con mayor rapidez, mejora su comprensión y ejercita su cerebro para que la adquisición del lenguaje, que se produce entre los 10 y los 30 meses, sea lo más rica posible.
Según datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el 79% de las familias con niños menores de seis años les leen en casa tres horas a la semana de media y el 84.7% de los niños entre 6 y 13 años leen libros que no son de texto durante más de 3 horas semanales. Cuando se pregunta a los niños, el 78.3% responde que sus padres leen habitualmente, lo cual es muy importante para dar ejemplo y crear el hábito en ellos, y un 96.7% que en su colegio también les animan a leer.
Son varias las investigaciones que confirman que las actividades relacionadas con la lectura y la escritura que se realizan en el hogar repercuten muy favorablemente en el rendimiento académico de los alumnos y, en consecuencia, en su competencia lectora.
Por eso, los pediatras de Atención Primaria recuerdan que es muy importante que los padres no solo inculquen sino que compartan la lectura con los niños y que les lean cuentos, algo que también mejora la dinámica de las relaciones familiares. De similar opinión es la profesora Ana Cañamero, quien en un informe elaborado para el colegio internacional Ausias March, asegura que «los niños aprenden siguiendo el modelo de sus padres y asociando el estímulo neutro de la lectura a otro agradable como es estar con sus padres». Con ello se consigue, asegura, que el niño responda solamente al estímulo neutro (lectura) con el mismo agrado que cuando lo compartía con sus padres. Para ello, Cañamero recomienda leer frecuentemente a los niños desde que son pequeños; leer un rato cuando los niños se van a la cama o ya en la cama; evitar que nos vean viendo mucho la televisión; llevarles a bibliotecas o librerías; explicarles que los padres también leen mucho en su trabajo.
Fomentar la lectura es formar lectores capaces de desenvolverse con éxito en todos los ámbitos. Y lograr que la mayoría pueda descubrir en la lectura un elemento de disfrute personal.
¿Por dónde hay que empezar?
Los pediatras recomiendan una serie de medidas fáciles de aplicar a la hora de fomentar que los niños lean. En primer lugar, recuerdan que es importante ayudar a los niños a organizar su tiempo y su biblioteca, que todos los días hay que reservar un tiempo para leer, en momentos relajados y con buena disposición para ello. Este colectivo señala que es importante pedir consejo en el colegio, las bibliotecas y las librerías sobre los libros más adecuados para cada niño y cada edad.
Cualquier situación puede proporcionar motivos para llegar a los libros, por ello recomiendan dejar siempre libros al alcance de los niños. También es muy importante, dar ejemplo, ya que las personas adultas son un modelo de lectura para niños y jóvenes, que muchas veces los imitan; es importante leer delante de ellos.