Muchos padres ya han oído hablar de ellas pero aún son grandes desconocidas para la mayoría de las familias. Lo cierto es que la figura de la madre de día está cada vez más extendida y aceptada tanto en nuestro país como en la sociedad pitiusa. A pesar de que en España solo en Navarra y recientemente en la Madrid se ha regulado legalmente esta profesión, el número de mujeres que cuidan bebés dentro de su propia casa incrementa cada año.
Esta alternativa de crianza, que resulta relativamente nueva en España, proviene de países como Suiza, Inglaterra, Francia o Alemania. Allí son las tagesmutter y no solo están reconocidas como profesionales sino además subvencionadas por el Estado. En Ibiza actualmente hay nueve mujeres dedicadas a realizar esta función educativa y de cuidado familiar en sus hogares, aunque adherida a la Red de Madres de Día oficial solo hay una, la pionera de la isla, Sandra Vericat, que hace ocho años que comenzó a cuidar bebés en su casa de campo.
Según estipula la Red de Madres de Día, cada persona dedicada a esta labor cuida a un máximo de cuatro niños en su propio hogar. Pero una madre de día es más que una simple canguro ya que para ejercer esta profesión se ha de contar con una titulación en pedagogía, psicología o educación infantil y estar en continua evolución acudiendo a cursos, formaciones y otras actividades para seguir aprendiendo la mejor manera de transmitir valores a los niños.
Los primeros años de vida son de vital importancia para el desarrollo emocional y social de los niños
El objetivo de esta forma de crianza es que los pequeños se encuentren en un ambiente familiar no hostil donde puedan desarrollar de manera respetuosa y sin prisas sus primeras aptitudes; andar, hablar y pensar. Los horarios de las casas suelen ser bastante flexibles para poder conciliar la vida laboral de los padres con la crianza de sus hijos sin demasiado estrés. De hecho, en sus hogares no hay prisa y sí mucha paciencia y compresión. Los juguetes tampoco abundan y los pocos que hay suelen ser de madera u otros materiales naturales como la lana y el algodón. En estas casas, como en cualquier familia, los más pequeños aprenden de los más mayores y los más mayores cuidan de los más pequeños.
Una madre de día ha de contar con una titulación en pedagogía, psicología o educación infantil
Las madres de día, en muchos casos, están influidas por la pedagogía Waldorf, que defiende el hogar como el mejor ambiente en el que pueden desarrollarse los niños menores de tres años, edad máxima con la que puede contar un niño que reciba el cuidado de estas educadoras. Las madres de día de filosofía Waldorf educan sin intervenir directamente sobre el niño, creando un ambiente de afecto e influencias sensoriales que permiten al crío un libre desarrollo de sus habilidades.
En la actualidad hay claramente definidas dos posturas en torno al cuidado de la primera infancia. Por un lado hay quien defiende que las guarderías promueven de forma más adecuada las habilidades sociales y académicas de los niños antes del colegio y quienes se postulan hacia el otro lado defendiendo que las habilidades sociales de los niños no están aún desarrolladas a tan temprana edad como para salir del entorno familiar. Ambos posicionamientos cuentan con investigaciones científicas que les respaldan por lo que es una seria decisión que los padres han de tomar, pues está demostrado que los primeros años de vida de los niños son de vital importancia para su desarrollo emocional y social.