La cerámica es una opción excelente para el revestimiento de las paredes de viviendas y establecimientos comerciales, ya que es un material muy resistente y a su vez muy fácil de limpiar. Aplicada tradicionalmente en cocinas, baños y suelos, la cerámica (en todas sus vertientes) cobra cada vez más protagonismo en otras estancias del hogar, aportando estilos personalizados clásicos o modernos, con diferentes colores, texturas, juegos de luz e incluso con piezas en relieve o que evocan materiales naturales como el mármol o la madera.
Las aplicaciones en 3D son las más novedosas y aportan grandes posibilidades para acentuar el estilo de cualquier estancia, estimulando nuestros sentidos y marcando un carácter propio al espacio en el que se aplican. Muy utilizadas en determinadas áreas de salones, habitaciones, cocinas o cuartos de baño, estas piezas en tres dimensiones pueden conseguir impactantes efectos ópticos por el relieve de sus motivos geométricos, realzando estilos clásicos o modernos.
Existen muchos tipos de cerámicas en 3D: desde piezas con pequeños relieves que simulan determinadas texturas hasta enormes planchas de cerámica moldeadas artesanalmente, que suelen respetar los colores propios del material.
Algunas firmas, como Land Cerámicas, fabrican productos realmente especiales: piezas artesanales que permiten juegos imposibles que incluso pueden ir conjugados con sistemas de iluminación posterior. Se trata de revestimientos muy particulares que pueden colocarse de diferentes formas para conseguir efectos muy variados.
Por otro lado están las cerámicas con relieves que suelen inspirarse en la naturaleza y resultan muy especiales, aportando calidez y demostrando la versatilidad que ofrece la cerámica (como la colección Legno de Land Cerámicas). Un claro ejemplo son las piezas que simulan los veteados naturales de la madera, que permiten disfrutar de la estética de este material natural sin las exigencias de mantenimiento que requiere, sino beneficiándose de las ventajas de la resistencia y facilidad de limpieza de la cerámica.
Los pavimentos en 3D deben elegirse con cuidado, ya que provocan reacciones emocionales, del mismo modo que ocurre con los colores. Y es que las paredes revestidas con relieves pueden evocar recuerdos o despertar sensaciones tanto a través de la vista como del tacto, por lo que hay que tener muy en cuenta en qué estancia se van a instalar.
El efecto continuo es otra de las tendencias actuales en la aplicación de revestimientos cerámicos, gracias a la unión prácticamente imperceptible entre las diferentes piezas que cubren la superficie, aportando mayor amplitud y un efecto sofisticado y elegante.
El dinamismo del mosaico
En la vertiente más artística están los mosaicos, con los que se pueden conseguir resultados muy interesantes, abriendo las puertas a una decoración sensorial. Formados por composiciones de pequeñas teselas, aportan dinamismo y riqueza gracias a la combinación de diferentes materiales, rompiendo la monotonía de un único revestimiento. Pueden insertarse en determinadas zonas del baño o la cocina, pero también convertirse en protagonistas en un gran salón o dormitorio.
Cerámica, piedra natural, cristal, acero, cobre, níquel o incluso oro (que se aplican en láminas sobre una base cerámica) se combinan en diferentes formas, logrando aportar movimiento a espacios estáticos, ya sea con efectos abstractos o con formas definidas de elementos naturales como flores de loto, flores silvestres y otras formas orgánicas.
En los mosaicos, es realmente interesante el juego de luces y reflejos que se consigue gracias a las posibilidades cromáticas que ofrecen los diferentes materiales. Son superficies que evolucionan con la luz.
En este sentido, también resultan muy atractivos los revestimientos con efecto metálico, cuyos brillos son muy valorados aplicados desde grandes superficies decorativas hasta pequeñas piezas de joyería. Dependiendo del efecto que se quiera lograr, se pueden realizar pequeñas incrustaciones metálicas o piezas que emulan los brillos de metales preciosos o superficies metálicas envejecidas.
Diálogos con el pasado
Lejos de la cerámica, el mosaico hidráulico es una opción que vuelve a estar de moda en la actualidad, a pesar de ser una técnica antigua que nació en Francia en el siglo XIX. El mosaico hidráulico se fabricaba pieza a pieza, tras la elección de colores que hacía el artesano, que preparaba una pasta con agua, mezclando polvo de mármol blanco, cemento blanco, arena y pigmentos. En definitiva, es una baldosa decorativa de cemento pigmentado, que se utiliza en el interior y el exterior.
Algunas firmas presumen de dedicarse a la recuperación del pavimento «que formó parte de muchas viviendas de nuestros antepasados», usando la misma técnica de producción artesana «e innovando al hacer uso de las amplias posibilidades de diseño que ofrece el mosaico hidráulico para la decoración de espacios con identidad propia», según Mosaista.
Las baldosas hidráulicas no están hechas de barro o adobe, ni cocidas, como en el caso de las baldosas de cerámica. Como su nombre indica, estos suelos están hechos de cemento comprimido con prensas hidráulicas, lo que les confiere una gran resistencia y solidez.
Además, estas baldosas se caracterizan por su versatilidad, su gran variedad de dibujos y de colores naturales que las hacen aptas tanto para interiores como exteriores. Para todos los gustos.