Isa Stoppi ha sido una de las modelos más famosas y glamurosas de Italia en los años 70, la época dorada de Verushka, Marisa Berenson, Twiggy y Lauren Hutton, entre otras divas de la moda. Fueron las precursoras de la top-models al atravesar el Atlántico y triunfar en la cuna de la moda del momento, Italia, en Nueva York y a nivel internacional.
Su fotógrafo de cabecera, Gian Paolo Barbieri, con quien logró inolvidables portadas para Vogue, Bazaar, Squirre, Grazia, Belleza, Linea Italina y los grandes magazines de moda de época la denominó ‘One in a million’ y el gran fotógrafo Richard Avedon quedó impresionado cuando la conoció en un restaurante de Nueva York y exclamó: «Acabo de conocer a la mujer más guapa del mundo, sus ojos son embriagadores». Oliviero Toscani y Henry Clarke, entre otros, retrataron también su gran estilo.
«Cuándo llegué de nueva York me sorprendió que aquí había más libertad y podías ser tú misma»
Isa Stoppi (Milán) ha vivido una vida de ensueño, adorada por los mejores fotógrafos del mundo de los 70 y 80, ha sido musa de los grandes diseñadores como Valentino, Armani, Versace y Pucci. Su belleza radiante, seductora y llena de un ala de misterio y elegancia natural era capaz por sí sola de inspirar un perfume o un vestido. Ha sido incluso protagonista de una historia animada de espias.
Abandonó la moda y la fotografía para casarse con un hombre importante. «Estaba muy enamorada y él me pidió que dejase de trabajar. Era un hombre importante, apuesto y a la postre un poco celoso. Tuve dos hijos de este matrimonio Mario Germano y Giammaria y al final me divorcié pero ya había dejado atrás mi carrera de modelo y el mundo de la moda», recuerda Stoppi.
Su divorcio la trajo a Ibiza, donde trató de olvidar su crisis existencial y buscar una nueva vida. En 1998 compró una masía ibicenca que restauró y conserva con sumo gusto situada en las montañas de Jesús, donde vive largas temporadas. En este retiro dorado Isa recibe a sus famosos amigos de sus momentos de gloria, a los nuevos amigos ibicencos y sus amistades internacionales.
«Quizá es justo que Ibiza sea ahora como es porque todo cambia. me gustaba más la isla bucólica»
La prestigiosa editorial italiana Silvana Editoriale ha publicado un impresionante libro sobre la vida y trabajo de la modelo titulado ‘Isa Stoppi. The Book’, junto al fotógrafo y descubridor Gian Paolo Barbieri que presentó en Milán el pasado mes de diciembre y en Ibiza este verano para un reducido grupo de amigos y familiares.
Pese al paso del tiempo Isa mantiene su belleza delicada, serena y la calidez y exquisitez femenina que le encumbró como icono de referencia en la moda de dos décadas y recuerda cómo llegó a Ibiza y se enamoró de la isla de sus sueños: «Estaba triste y un tanto desesperada tras mi divorcio y no sabía adonde ir. Una amiga me dijo: “Vete a Ibiza que es un sitio divertido y te animas”. Vine a casa de un amigo, salía cada noche, bailaba como una loca en el Amnesia y Glorys y por el día llevaba gafas de sol lo que me hacía más interesante aunque no las necesitaba».
Llegó a la isla en los convulsos años ochenta y se encontró con el movimiento hippie avanzado y el nacimiento de las increíbles noches de Ibiza: «Corrían los años 80 y el punto de encuentro de toda la gente nocturna de Ibiza era el Coco Beach en Platja d’en Bossa. Me maravillaba que íbamos a las cinco de la tarde a la playa porque dormíamos todo el día. Mi hijo me despertaba por la mañana para ir a la playa y le decía: Vamos después, por la tarde. Era un ambiente fantástico, me cautivó, me compré un piso frente al mar y luego adquirí la casa payesa en 1998, cuando mi marido aceptó que Ibiza era un buen lugar para mis hijos también».
«Tengo recuerdos imborrables de Ibiza, hasta he bailado con el rey Felipe en Pachá»
En su libro, de gran formato y excepcional calidad, Isa rememora los recuerdos de la isla, los olores, perfumes, sabores, fragmentos de imágenes y tantas cosas que le recordaban a África, donde vivió de joven con sus padres. Esto le cautivó y pensó que había encontrada su lugar ideal para vivir: «Lo recuerdo con cierta nostalgia, sobre todo por la libertad que se respiraba. Vivía en Nueva York y cuando llegué a Ibiza me sorprendió que aquí había más libertad, podías ser tú misma, nadie te miraba aunque estuvieras desnuda con una pluma por vestido. Era una libertad impagable, todo el mundo se mezclaba. Ricos, pobres, locos, millonarios, príncipes árabes, guapos, aristócratas y artistas. Recuerdo que he bailado con el actual rey Felipe en Pachá. Todos éramos iguales ante la internacionalidad del lugar»
A esta diva de la alta costura le gustaba más la Ibiza bucólica de antes que la moderna y bulliciosa actual: «Probablemente es justo que Ibiza sea como es ahora porque todo cambia. A mí me gustaba más la otra isla bucólica porque era diferente de lo que veo ahora. El lujo y lo que sucede ahora ya lo había vivido en Cerdeña, Saint Tropez y otros lugares. Eran también destinos turísticos elegantes con mucha fiesta y moda. El único problema es que ahora no veo a ningún amigo o ya no sale», sonríe con ironía.
La mujer sofisticada, adelantada a su tiempo y con un estilo original y vanguardista recuerda a sus famosos amigos Gianni Versace, Vittorio Gassman, Anna Piaggi, Gigi Rizzi, Lawrence Rockefeller, Walter Albini, Nino Cerrutti, Ellien Ford, Lisa Fossamgrives, Elsa Martinelli, Marisa Berenson y la entonces duquesa de Feria, Naty Abascal, y a los fotógrafos que inmortalizaron su increíble belleza y estilo.