Descubierta en el siglo XV y situada en un paraje idílico, Cova Santa está considerado como uno de los rincones más especiales y emblemáticos de la isla desde que fuera abierta al público en el año 1957, año en que comenzó su relación con Diario de Ibiza, que fue el medio encargado de publicar el artículo de la inauguración el 12 de julio del mencionado año. A principios de la década de los 90, el mito de Cova Santa se convirtió en una de las principales atracciones turísticas de la isla. Por aquel entonces, ya existía el restaurante y el enclave había crecido hasta convertirse en un hermoso recinto ideado para la celebración de eventos, espectáculos de flamenco y bailes que duraban hasta bien entrada la noche.
Los secretos de Cova Santa
Al llegar al enclave, las diferentes terrazas divididas en bancales reciben a los invitados entre luces y palmeras. En el centro, una fisura se abre paso en la montaña para desembocar en una cueva natural de más de 25 metros de profundidad. El espectáculo es asombroso y mejora a medida que se desciende al interior de la gruta donde estalactitas y estalagmitas han creado una génesis de formas fantásticas propias del maravilloso y oculto mundo subterráneo. La salida de la cueva daba a parar al mar, sin embargo, debido a diferentes derrumbamientos, el paso está cerrado en la actualidad.
Desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, Ibiza fue una isla asediada por piratas, de ahí las numerosas leyendas que aseguran que estos filibusteros abandonaban la bravura del mar, el crepitar de la madera y el «leven anclas», para adentrarse en las profundidades de la tierra en busca de refugio y a esconder sus tesoros más ocultos.
Cova Santa en la actualidad
El menú sigue centrado en ofrecer frutos de la tierra, los pescados y mariscos más frescos, gambas auóctonas y su característico y jugoso pulpo. Sin embargo, este año el restaurante Cova Santa ha optado por una imagen renovada y ha apostado por la cocina de máxima categoría de la mano de Grupo Iglesias, una de las empresas de restauración más prestigiosos del país, propietarios del Espai Kru en Barcelona.