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La profesión odontológica se encuentra en claro desarrollo de la mano de las nuevas tecnologías y avanza con paso firme Los dentistas se muestran preocupados por «el aumento del mercantilismo» en la profesión

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Los profesionales odontólogos se suman a los nuevos avances que permite la tecnología para ofrecer cada vez más un  servicio cualificado y profesional. El desarrollo tecnológico está permitiendo dar grandes pasos en este campo y las Pitiüses no escapan de ello.  Es más, entre los profesionales que ejercen en las  islas sobresale un buen grupo de dentistas que abanderan la revolución tecnológica; eso sí, sin descuidar un ápice su labor vocacional y sanitaria, ese trato cercano y familiar que tanto demanda el paciente ibicenco.  La vocal en las Pitiüses del Colegio Oficial de Dentistas de Balears, María del Mar Canet, considera que la odontología en las islas «se mantiene bastante estable en cuanto a calidad y número de profesionales».

El trabajo minucioso en el laboratorio es fundamental
El trabajo minucioso en el laboratorio es fundamental

En la actualidad, hay contabilizados 86 colegiados en Eivissa y 4 en Formentera, trabajando en un total de 60 clínicas dentales. «Tenemos dentistas de muchas nacionalidades, algunos asentados en nuestra isla, otros colaborando esporádicamente. Y cada vez más podemos ver que los nuevos licenciados optan por colaborar unas horas o unos días en clínicas dentales ya asentadas que abrir sus propios centros dentales y asumir el riesgo y coste que ello supone. Esta sistemática es frecuente tanto aquí como en el resto de Balears o en la península», explica Canet.

Formación
Herramientas de laboratorio para la recreación de un tratamiento.
Herramientas de laboratorio para la recreación de un tratamiento.

Si en algo coinciden los dentistas es en la importancia de mantener una formación continuada y más con los avances tecnológicos que se introducen día a día en la profesión. «Si no te adaptas a estos avances, en dos años estás perdido para la profesión», asegura el doctor Alberto Fernández, impulsor de numerosas iniciativas desde la isla para la formación e investigación. Y es en este campo donde el Colegio de Balears también ha logrado numerosos avances. «Los dentistas de las islas podemos elegir una media de 10 cursos anuales presenciales, alguno con oferta de seguimiento online para los profesionales que no estamos en Mallorca, aunque la experiencia nos dice que preferimos desplazarnos a recibir la información que recibirla en un ordenador en casa. Siempre digo que en los cursos no sólo aprendemos del dictante, sino de nuestros compañeros a la hora del café o de la comida de trabajo.

Nuestros profesionales disponen de las últimas tecnologías.
Nuestros profesionales disponen de las últimas tecnologías.

En estos momentos los colegiados de Eivissa y Formentera también tenemos  subvencionados por el Colegio de Dentistas de Baleares los gastos de algunos cursos por año, de manera que no nos resulte tan gravoso desplazarnos a la isla vecina para poder actualizarnos. Este ha sido un gran paso para que nos podamos sentir más cercanos al colectivo balear.

Competencia «basura»

«Nuestro principal problema es la competencia basura. No podemos competir con esos precios porque no queremos bajar la calidad. Nos gusta dar a cada paciente el tiempo que necesita», asegura la doctora Luciana Torres, que coincide con muchos de sus compañeros, como el doctor Fernández, en el «daño que está sufriendo la profesión por culpa de este mercantilismo que se ha instalado en algunas clínicas».
«Hace unos años le dije a una compañera que la odontología se iba a convertir en un supermercado, y no me equivoqué en absoluto. La gente llama, pregunta el precio de un tratamiento, y va al que se lo da más barato. Por una parte es comprensible, porque si no tienes dinero no puedes hacer mucho más, pero gran culpa la tiene la publicidad engañosa», señala la doctora Ana Torres, quien ve en «el excesivo número» de odontólogos una de las razones de esta situación y que además deriva en unas condiciones laborales precarias, con sueldos de 800 euros y pocas posibilidades de aprender en la práctica en la consulta de forma correcta».

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