Practicar deporte, estrechar el vínculo con el perro, «hacerle pensar» y divertirse. Estos son los tres ingredientes esenciales del agility, una actividad que practican cerca de un centenar de personas con sus mascotas en la isla. Todos los perros y acompañantes de todas las edades pueden desarrollar este juego de habilidad que, según muchos aficionados, «engancha».
En el agility, el perro debe realizar un recorrido con diferentes obstáculos (siempre son los mismos, pero el orden cambia) con el menor número de fallos posible y contrarreloj. Rapidez, agilidad y precisión son los tres factores esenciales, según el entrenador de agility Toni Prats.
Existen dos ligas de agility: la de la Real Sociedad Canina, cuyos participantes deben ser de raza para llegar al Campeonato de España, y el de la Federación Española de Caza, en el que pueden concursar también perros mestizos. Dentro de cada una de estas ligas, existen tres categorías: pequeña, mediana y estándar.
Para conseguir buenos resultados, es fundamental trabajar la motivación con juego, comida o caricias
¿Qué hacer antes de comenzar a practicar agility? «Yo aconsejo hacer una iniciación en la obediencia —explica Reyes Casado, educadora canina y más que aficionada a este deporte—. Con ella consigues una vinculación más estrecha con el perro y que él esté pendiente de ti a la hora de realizar los ejercicios».
Para conseguir buenos resultados, es esencial trabajar mucho la motivación. «Hay que premiar al perro con comida, con juego o con refuerzo social (caricias) cuando realiza bien un ejercicio», apunta Reyes Casado, quien considera que el castigo no es efectivo, ya que «lo que tiene que ser un juego se convierte en una tortura».
Personas de todas las edades se animan a practicar ‘agility’ con perros grandes, medianos y pequeños
Todo el que lo desee puede probar en alguno de los tres clubes de agility que existen en la isla. «Participa gente de todas las edades: desde niños de siete años hasta señores de más de sesenta», indica Reyes Casado, quien confiesa que ella comenzó a practicar agility hace diez años y, desde entonces, no ha parado.
Toni Prats, del Club Agility Illa Blanca, destaca el interés de que los niños practiquen este deporte para garantizar su futuro. «Con ello conseguimos un vínculo muy especial de los niños y sus perros. De hecho, muchos de los chicos que practican agility y ahora se han ido a estudiar fuera piden a sus padres llevarse a sus mascotas».
Cuidado con las lesiones
Quizá la única desventaja que puede derivarse de la práctica del agility es el desgaste que puede producirse en las articulaciones del perro. «Si entrenas todos los días, hay que cuidar mucho sus articulaciones: poner protectores, hacer rehabilitación…», comenta Casado, quien considera que «lo ideal» es practicar agility tres veces por semana.
«Cada especialidad deportiva tiene sus lesiones espefícicas. En el caso del agility, son comunes las lesiones en el hombro tanto a nivel articular como muscular a causa del impacto que tienen que absorber al superar diferentes obstáculos», expresa Fina Cardona, veterinaria rehabilitadora. En este sentido, subraya que es la prevención «es esencial» y se puede conseguir realizando sesiones de rehabilitación cada cierto tiempo, y practicando determinados ejercicios con el animal en casa.