[dropcap]A[/dropcap]llá por el año 1880, el tatarabuelo de Carlos y Bartolo, Juan Marí Mayans, se lanzó a la elaboración de frígola. En un edificio de es Caló, en Formentera, que a día de hoy todavía se conoce como s’Alambí, fabricaba ocho litros de este licor pitiuso que intentaba vender por toda la isla. Poco después se trasladó a Eivissa, y situó su pequeña destilería en la avenida de España. Lo que seguramente no sospechaba el señor Marí Mayans era que, 135 años después, su aventura empresarial habría llegado a muy diversas partes del mundo bajo el sello de Hierbas Ibicencas Marí Mayans, ya en la quinta generación familiar.
Aquellos ocho litros iniciales se han convertido en 400.000 litros anuales solo de hierbas ibicencas que se aprecian no solo en Eivissa y Formentera sino también en países como Estados Unidos (están presentes en Miami, Nueva York, Los Ángeles y ya hay hierbas también en Las Vegas), Holanda, Italia, Alemania, Suiza y Bélgica. [pull_quote_center]«Ya hemos firmado también con Dubai y Australia, y se están interesando otros lugares como Singapur y países escandinavos», explica Bartolo Marí Mayans, codirector de la empresa junto a su hermano Carlos.[/pull_quote_center]
El consumo en muchos de estos países está más ligado a la música y el ocio nocturno que a la tranquila copa de hierbas ibicencas con hielo que suele servirse en las Pitiüses en la sobremesa. Sobre gustos no hay nada escrito, dicen.
Clásicos y nuevos productos
Desde que Carlos y Bartolo Marí Mayans llegaron a la dirección de la empresa en 2008, han potenciado las exportaciones y ampliado el abanico de productos. Además, por supuesto, de las tradicionales hierbas ibicencas, la frígola, el palo y la absenta, han lanzado una ginebra premium elaborada al 100% en Eivissa (como todos sus productos) que está teniendo una excelente respuesta por parte del público. «Antes del boom del gin-tónic, hace unos cuatro años, empezamos a investigar y hacer pruebas —apunta Carlos Marí Mayans—. Lograr un buen producto es a base de prueba error». El resultado ha sido muy positivo, con una ginebra muy mediterránea con aires ibicencos logrados hierbas locales.
Por otro lado, también importan un vodka de Estonia que llega a 80 grados. Es en su destilería del Polígono de Montecristo donde finalizan el proceso, reduciendo el grado de alcohol y aromatizando con hinojo.
Entrar en la destilería es, sin lugar a dudas, aproximarse al alma de Eivissa. Hierbaluisa, flor de frígola, canela, anís estrellado, anís verde, hijono, genciana y otras plantas ponen la nota aromática en la nave, donde los licores se elaboran de forma tradicional.
«Elaboramos las hierbas con el mismo proceso que en 1880 pero utilizando las nuevas tecnologías», explica Carlos Marí Mayans entre los grandes depósitos donde se maceran algunas de las plantas. [quote_box_center]«Aquí respetamos la normativa europea y realizamos procesos de maceración, infusión, ebullición, destilado y fundición de azúcar», apunta recordando que cada planta requiere un proceso diferente.[/quote_box_center]
Hierbas Ibicencas Marí Mayans ha incorporado un nuevo tren de embotellado de última generación con capacidad para 1.500 botellas por hora con el fin de responder a la creciente demanda de un licor valorado dentro y fuera de nuestras fronteras.