En la actualidad, en Vila existen solo dos zonas específicas de esparcimiento canino, ambas acondicionadas por el Ayuntamiento, una pequeña en es Pratet y otra mayor, de unos de 2.000 metros cuadrados aproximadamente, ubicada junto al Cementeri Vell de Vila.
La gente puede llevar allí a sus mascotas para que puedan correr y estirar las patas libremente sin ataduras ni correas. En este espacio de es Viver los usuarios, que rondan el centenar, han congeniado de tal manera que organizan excursiones con sus mascotas, quedan para cenar y hacen batidas en el terreno de propiedad municipal para limpiarlo y adecentarlo. Son propietarios concienciados con el cuidado de sus animales, la limpieza o la normativa y que se ayudan unos a otros cuando surge algún problema. Ahora están pensando en organizarse como asociación para reclamar más espacios como ése y zonas más seguras para sus mascotas.
Concretamente, de esta zona de es Viver, se quejan del endeble vallado que limita el terreno. «Tiene muy poca altura por lo que los perros grandes pueden saltar sin problema, y por debajo hay mucho hueco que permite a los perros pequeños colarse», cuenta Hipólito Guillén, propietario de dos perros que hace un mes se escaparon del recinto y fueron atropellados por dos vehículos. Uno de ellos murió y el otro quedó seriamente herido. «Fue muy duro, pero a la vez fue bonito ver cómo los otros propietarios de mascotas empezaron a movilizarse a través de la redes sociales para buscar a mis perros», cuenta Guillén, quien agradece, además, que ese grupo de colegas de parque realizara una colecta para sufragar los gastos de la operación de su perro que sobrevivió al accidente y que ascendieron a más de 500 euros. Todo un ejemplo de la solidaridad entorno a los animales.