Hace un par de veranos se veían algunos. Discretos. Pocos. Una rareza. Este año, sin embargo, pocas son las mujeres que se han resistido a los tatuajes de aspecto metálico que visten la piel como si fueran auténticas joyas. Sólo hay que dar una vuelta por la isla para descubrirlos en manos, brazos, pies, espaldas, ombligos, nucas y hasta en exuberantes canalillos.
Se pueden adquirir en casi cualquier souvenir, tienda de moda e, incluso, en algunos de los supermercados de las zonas turísticas. Y, obviamente, en los puestos de los mercadillos hippies de la isla, donde se han convertido en uno de los best-seller del verano.
Ha sido la modelo Alessandra Ambrosio la que los ha puesto de moda. Si no fuera por ella, seguramente estos tatuajes temporales que simulan joyas permanecerían aún en el olvido.
Fue Chanel quien los subió por primera vez a una pasarela en 2010. Gustaron, así que el director artístico de maquillaje de la casa francesa decidió lanzar una colección. Dos años después fue Dior quien lo intentó. En ninguno de los dos casos el éxito fue el esperado.
Pero hace unos meses Alessandra Ambrosio se puso un espectacular tatuaje metálico que combinaba oro y plata para asistir al festival de Coachella.
Y entonces todo el mundo quiso tenerlos. Son baratos (alrededor de 20 euros). Fáciles de poner. Duran entre cuatro y seis días. Y resaltan el bronceado.