Hay algo que está claro: a nadie le gusta ir al dentista y a muchos les da miedo. Es cierto que es mucho más agradable pasar la mañana paseando por el puerto o desayunando en Talamanca, pero la boca necesita sus cuidados como el resto del cuerpo y los expertos en odontología son los únicos que pueden ayudar para conseguirlo.
Ante esa imagen gris que tienen las clínicas dentales nace un reto muy interesante en cuanto a imagen de marca. La imagen de marca define cómo quiere presentarse ante el consumidor.
A través de unos valores y un tono, entre otros elementos, se consigue que los consumidores relacionen esa marca con pensamientos internos. Por ejemplo, Coca-Cola lleva años trabajando para asociar la marca con el concepto de la felicidad o la marca de coches Volvo con la seguridad al volante.
De ese mismo modo, las clínicas dentales trabajan diariamente para asociarse con algunos valores. Por un lado, la generación de confianza hacia el paciente para conseguir acercarse a él y alejarle de esa idea que muchos relacionan con que «ir al dentista duele».
Compromiso de Seguridad Dental
Éste es un claro ejemplo de voluntad para lograr un aumento de la imagen de seguridad.
El sello de calidad CSD (Compromiso de Seguridad Dental) recoge las recomendaciones de un comité de expertos de diferentes universidades y profesionales sanitarios de prestigio para certificar la calidad asistencial, de los materiales utilizados, la atención y el seguimiento al paciente.
Compromiso y Seguridad Dental es una asociación sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es implantar un estándar de calidad en la atención y práctica médica de las clínicas dentales que asegure la calidad de la atención que reciben los pacientes y garantice sus derechos. Para ello ha creado un modelo asistencial de calidad, que ofrece una referencia al paciente que facilite y asegure su decisión de elección de profesional al que acudir.
Pero por otro lado está el hecho de convertirse en solucionadores de sus problemas y dolencias orales. Al fin y al cabo, quieren acercarse a los consumidores, pero no deben perder su profesionalidad.
Estos conceptos son clave cuando un paciente busca una clínica donde tratar su dolencia o simplemente realizarse una limpieza dental. Cuando no se ha vivido en primera persona algo, la primera impresión es lo que lo define: comentarios de otros pacientes, la página web, la atención recibida en la primera llamada telefónica, las instalaciones o la manera de comunicarse en redes sociales u otros medios de comunicación.
Otro manera de conseguirlo es mejorando el tiempo en las salas de espera de las clínicas. Ante eso, ha aparecido DentalTel, un canal de televisión para las salas de espera, cuyo contenido está especialmente pensado para ser reproducido en ese espacio, con la finalidad de transmitir la mejor imagen de la clínica dental, relajar, entrentener y comunicar novedades del sector al paciente. Los creadores de esta iniciativa, Comunicación Dental, afirman que «cuanto mayor sea el grado de información de los pacientes mayor será el nivel de aceptación de propuestas de tratamiento».