La historia de la prensa escrita comienza en Ibiza en 1846, s’any dolent, 47 años antes de que naciera Diario de Ibiza. Aquel año, recordado por la terrible sequía que azotó la isla y que secó la única fuente con que contaba la ciudad, el tipógrafo valenciano Antonio Manuel García funda la primera imprenta local y edita en ella El Ebusitano, primer periódico publicado en Ibiza y dedicado a cuestiones agrícolas e insulares. Se subtitulaba semanario, aunque salía cada quince días, y dejó de existir en el revolucionario año de 1848, cuando Antonio Manuel vende la imprenta a Joaquim Cirer y se lanza a recorrer Europa con su amada Antonia Saldaña, viuda de su socio capitalista y madre de la escritora Victorina Ferrer Saldaña. Por aquel entonces residían en la isla más de doscientos confinados políticos que, con sus tertulias y sus funciones teatrales, animaban la vida de la pequeña e insalubre ciudad de Ibiza, centro económico y político de unas islas pobres y atrasadas y cuya población, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, se vio condicionada en su evolución por la emigración al extranjero y por las continuas epidemias, como aquella de difteria que bajó a la huesa a unas trescientas personas en 1888.
Diario de Ibiza reapareció entre 1903 y 1914, gracias a Isidor Macabich
En 1859, a punto de estallar la guerra con Marruecos, ve la luz el segundo periódico ibicenco, La Caridad, semanario editado en la imprenta La Juventud y al que siguieron los también semanales El Tiempo (1859-1860), La Peladilla (1874), El Ibicenco (1874-1885 y 1890-1892), La Isla (1883-1885), El Ebusitano (1885-1889), Las Pithyusas (1885-1886), Ibiza (1890-1893), El Coco (1890-1893), La Gaviota (1893) y El Coco de Ibiza (1893). Eminentemente capitalinos, y aunque actuaron en su mayoría como órgano de expresión de los partidos políticos liberal y conservador, estos noticieros centraron sus prioridades en los asuntos municipales de la ciudad, si bien también informaron, generalmente a base de gacetillas, de los acontecimientos más señalados acaecidos en otras partes de la provincia, el país o el mundo.
El primer periódico diario
En julio de 1893, al amparo de la Ley de Imprenta de 1883, se funda el primer periódico editado diariamente en las Pitiüses: Diario de Ibiza. En aquel verano, Bartomeu de Roselló Tur, Lluc Costa Ferrer y Antoni Pujol Torres concibieron la idea de sacar a la calle una publicación que fuera diaria e influyente. Para ello, consideraron que debían desaparecer los semanarios El Coco de Ibiza, La Gaviota e Ibiza, si bien hay que precisar que este último no salía desde el mes de abril de aquel año. Así, en un almuerzo celebrado en la finca Es Porxos d’en Roselló, los tres jóvenes expusieron su proyecto a Francisco Escanellas Suñer, periodista e impresor; Felip Curtoys Valls, abogado y político; Artur Pérez-Cabrero Tur, arqueólogo y escritor; Ramon Curtoys Gotarredona, periodista; Joan Torres Roig Batlet, banquero y político; Lluís Llobet García-Conde, abogado y escritor; Marià Tur Tur Garrapinya, periodista y tipógrafo; Bartomeu Ramon Gotarredona, comerciante; Tomàs Oliver Riquer, Salvador Tur Arabí, Cirilo Reig Tur, Antoni Ferrer Planells, Josep Sala Cabanillas y su hijo Joan Sala. La idea, al parecer, caló de inmediato, pues allí mismo se acordó que fuera Francisco Escanellas su director y propietario. Desde la tipografía que don Francisco tenía en la plaza de Sant Elm de Vila, y a 5 céntimos el ejemplar, el primer número de Diario de Ibiza vio la luz el martes 1 de agosto de 1893. Esta primera época de Diario de Ibiza concluye a finales de 1899, cuando Escanellas vende su imprenta a Josep Tur Ros y éste lo sustituye por El Correo de Ibiza (1899-1903), cotidiano fundado y dirigido por Bartomeu de Roselló, al igual que el ya por entonces desaparecido semanario La Bandera de Ibiza (1895-1896). Pero poco tiempo después, y en una brevísima segunda época, vuelve a la calle Diario de Ibiza, entre febrero y mayo de 1900, desde la Imprenta Nueva de Francisco Escanellas, un mes y pico antes de que naciera el efímero La Unión (1900), precursor del también semanario político La Unión Republicana (1900-1904).
Las ‘Normas fundamentales’
Diario de Ibiza reapareció entre 1903 y 1914, gracias a la intervención de Isidor Macabich, a quien, tras el cierre de El Correo de Ibiza y El Porvenir (1902-1903), le preocupaba sobremanera que la isla se quedara sin prensa propia. A él se deben las ‘Normas fundamentales’ por las que debía regirse Diario de Ibiza, que no eran otras que la defensa de la fe católica y la independencia política. Podemos decir que paladín de la religión sí lo fue, pero en cuanto a imparcial no tanto, ya que, si inicialmente su tendencia fue conservadora, hacia 1900 pasó a liberal, y, en sus épocas cuarta y quinta, órgano de expresión del Partido Liberal Histórico, el Partido Liberal Regionalista Ibicenco y el Partido Social Agrario. Pero poco durará la dicha, pues esta tercera época del diario se cerrará tras la muerte de Francisco Escanellas. En este período se publicaron en Ibiza, además, El Gorro Frigio (1905-1906), El Agricultor (1905-1907) y El Resumen (1908-1922), que, en su etapa como diario, abogó por los liberales disidentes de Can Matutes, los cuales terminaron por comprarlo y por cambiar su cabecera por una nueva: La Voz de Ibiza. Otros periódicos coetáneos fueron El Defensor (1911), Heraldo de Ibiza (1912-1913) y El Pueblo (1913-1916).
Entre marzo de 1914, casi un mes después del óbito de Escanellas, y agosto de 1924, en que se pone a la venta la Imprenta de Herederos de Francisco Escanellas, se desarrolla la cuarta época de Diario de Ibiza. Al tiempo se editaron La Verdad (1914-1915), El Liberal (1915-1916 y 1918), El Pueblo de Ibiza (1915), Renovación (1920), Ebusus (1921-1924), La Tarde (1922), El Canario (1922-1923) y La Voz de Ibiza. Este último, publicado desde 1922 hasta agosto de 1936, fue un diario editado en la Imprenta de Abel Matutes Torres, luego llamada de La Voz. Su fundador, propietario y director fue Enric A. Fajarnés Ramon, miembro destacado del Partido Liberal Disidente/Bloque Monárquico Ibicenquista del cual era órgano de expresión, como después lo será del Partido Republicano de Centro. Y aunque se definía como imparcial e independiente, en realidad servía a la familia Matutes, clan hegemónico de la vida pitiusa tras la instauración de la Segunda República.
Adquirida la Imprenta de Herederos de Francisco Escanellas por parte de Joan Verdera Mayans, dará comienzo, en agosto de 1924, la quinta época de Diario de Ibiza. Bajo su dirección, y con una tirada aproximada de trescientos ejemplares, saldrá a la calle con la intención de llegar a un amplio público, pues, aun siendo todavía un periódico muy artesanal, podría considerarse en cierto modo prensa de masas, dado su interés en satisfacer los gustos de sus lectores, a la fuerza limitados por cuestiones de población y alfabetización. Derechista y con vocación capitalina, su línea editorial le hacía recelar de la lucha de clases, aunque no se podía esperar nada diferente del órgano de los liberales históricos/regionalistas y, después, agrarios; pero también tendrán en él cabida otras opiniones, porque ante todo era un noticiero de carácter local antes que prensa estrictamente de partido. Y, pese a proclamarse balearista, defenderá ante todo su ibicenquismo y su españolismo, al igual que a la República, con la cual será siempre respetuoso. Sin embargo, llegado 1936, el regionalismo y la lealtad al régimen quedarán más que olvidados, pues, aunque sin llegar a jalearlo, prescindirá de condenar el golpe de Estado. Así llegamos al final de esta su quinta época, cuando las tropas republicanas de Bayo ocupen las Pitiüses y Diario de Ibiza se convierta, sucesivamente, en portavoz del Frente Popular, órgano del Frente Popular, órgano del Frente Antifascista y Solidaridad Obrera. El período comenzó y se clausuró con el establecimiento de la censura previa, antaño por la dictadura de Primo de Rivera y hogaño por el Gobierno frentepopulista, lo que influyó para mal en la calidad de las informaciones y, sobre todo, de las opiniones.
Superstición y patriarcado
En esta quinta época de Diario de Ibiza, un tiempo todavía caracterizado por la superstición y el patriarcado, y cuyas enseñas locales seguían siendo el atraso y la fuerte emigración –en los primeros cuarenta años del siglo XX emigró aproximadamente el 10 % de los ibicencos–, se publicaron los fugaces La Semana (1927), con un sólo número en su haber, y Acción (1930-1931), órgano de las Juventudes Católicas Agrarias, pero también otros algo más duraderos. Así, nos topamos con el confesional Excelsior (1931-1936), enemigo declarado de la República e intolerante, agresivo y excluyente. Todo en él era extremo, desde su ibicenquismo y su patriotismo hasta su ultracatolicismo y su rancio conservadurismo. Partidario del fascismo y la pena de muerte, pero contrario al cine, las novelas y los bailes, desde sus páginas lanzará todo tipo de consignas, muy católicas todas ellas pero bastante poco cristianas. Claro que tampoco le iba a la zaga La Defensa (1932-1936), semanario en absoluto independiente como se decía y cuya línea editorial, partidaria de la democracia controlada, se caracterizará por un chovinismo exaltado, derechista y demagógico, que desembocará en un respaldo sin fisuras al golpe de Estado de 1936.
Joan verdera adquiere la Imprenta de los herederos de escanellas en 1924
Es también en esta época cuando se publican en la isla periódicos verdaderamente de izquierdas, pues, en Ibiza, aunque entre 1846 y 1936 vieron la luz más de cincuenta publicaciones desde sus catorce imprentas, sólo seis fueron de tendencia republicana (Las Pithyusas, La Unión, La Unión Republicana, El Gorro Frigio, El Pueblo y El Pueblo de Ibiza) y cinco izquierdistas. De éstas, la primera en ver la luz fue Proa (1930-1933), portavoz no oficial de la Conjunción Republicano-Socialista, que, a pesar de ser la más longeva, sólo estuvo en la calle catorce meses y de forma discontinua. En 1935, y durante cuatro meses, salió el anticlerical Masas, órgano de las izquierdas que cerró antes nacer Emancipación, medio anarquista que publicó sólo dos números en ese mismo año. Y ya en 1936, pero en pleno fragor guerrero, surgirán los efímeros Cultura Obrera y Solidaridad Obrera, ambos anarcosindicalistas.
El 22 de septiembre, dos días después del desembarco de los nacionales en la isla y sirviéndose de la maquinaria de Diario de Ibiza, aparecerá el cotidiano fascista ¡Viva España! (1936-1939). A partir de ahora la dictadura triunfante controlará los medios de comunicación, depurará a los periodistas no afectos, pondrá fin a la libertad de prensa y sentenciará una forma de hacer periodismo caracterizada por la pluralidad de publicaciones y el afán informativo; aunque, eso sí, sin olvidar que la predominante prensa derechista ibicenca siempre respondió a los intereses del bloque dominante de la ciudad y contribuyó a su sostén ideológico y propagandístico.
Fuentes bibliográficas:
JULBE, Félix; PASCUET, Rafael. Introducción al análisis histórico de la ciudad de Ibiza. Col·legi Oficial d’Arquitectes de Balears. Eivissa, 2001.
ROSELLÓ I TUR, Bartomeu de. Datos para la Historia de la Imprenta y del Periódico en Ibiza (1935). Facsímil editado por Luis Llobet Tur. Valencia, 2003.
VIÑARÁS Y DOMINGO, Antonio. Prensa y radio en la Ibiza de la Segunda República. Balàfia Postals. Madrid, 2017.