Parecía que no iba a llegar nunca, pero ya está a la vuelta de la esquina. Quedan unas pocas semanas para el inicio de la Navidad. La cuenta atrás ha comenzado. Los chocolates de los calendarios de adviento van desapareciendo a buen ritmo, mientras poco a poco las ciudades se van tiñendo de luces de colores que anuncian la llegada de unas fechas especiales para casi todos (incluso para muchos ateos, que se suman a la fiesta obviando el tinte religioso de las celebraciones, ¡a nadie le amarga un dulce!).
Los comercios se empiezan a vestir ya con un estilo muy navideño, con sus copos y muñecos de nieve adornando escaparates, árboles cargados de ornamentos de colores, brillante espumillón por todos los rincones y renos y Papá Noel sobrevolando estanterías cargadas de artículos susceptibles de convertirse en regalos. Algunas tiendas dejan al descubierto la afición de sus propietarios o empleados por el DIY (hazlo tú mismo) con elementos decorativos creados artesanalmente para llamar la atención de los viandantes, muchos ansiosos por acertar en su búsqueda de regalos para familiares o amigos.
Ir al supermercado vuelve a convertirse en un reto, intentando esquivar los dulces propios de estas fechas
Poco a poco, ir al supermercado vuelve a convertirse en todo un reto, intentando esquivar (casi siempre sin éxito) el sinfín de dulces y manjares propios de la época que asaltan en cada pasillo, escuchando además el martilleante sonido de los villancicos, que algunos establecimientos intentan reproducir en su versión más moderna pero que siguen sin convencer a nadie.
Los niños ensayan con la pandereta las canciones que interpretarán antes de las vacaciones ante sus padres, mientras estos empiezan a buscar en Google posibles menús de Nochebuena, Navidad o Nochevieja para sorprender a la familia, e inician esa enorme espiral de quehaceres propios de este último mes del año: desde llenar la despensa con alimentos especiales hasta decorar cada rincón de la casa, pasando por preparar la ropa para las fechas más marcadas y ayudar a sus hijos a escoger entre los cientos de juguetes que se presentan ante ellos para pedir a Papá Noel o los Reyes Magos.
Lo de decorar la casa ha evolucionado, ¡y de qué manera! El portal de Belén es cada vez menos frecuente en los hogares españoles, pero el universo de ideas de Pinterest para crear tus propios elementos decorativos acaba convirtiéndose en todo un reto para los locos por la Navidad. Fieltro, tijeras, pegamento, madera, silicona líquida, botones, goma eva, cartón, papel, pinturas, una buena dosis de paciencia y algo de gracia pueden acabar siendo los aliados perfectos de toda la familia en estos días pre-navideños y festivos para convertir la casa en un escaparate de detalles que no siempre quedan como uno esperaba. Implicar a los niños en la decoración del hogar puede ser un sano y divertido ejercicio de familia (siempre tirando de la paciencia) en este puente de diciembre, cuando parece que se da el pistoletazo de salida oficial a la Navidad.
Las reservas en los restaurantes de Ibiza y Formentera suben por estas fechas como la espuma
La feria funciona ya a pleno rendimiento bajo los gritos de emoción de niños y no tan niños que, desde las alturas, descargan adrenalina, con el olor a chocolate con churros sobrevolando todas las atracciones.
Las reservas en los restaurantes de Ibiza y Formentera suben por estas fechas como la espuma para los encuentros familiares, cuando las búsquedas de recetas en Google no inspiran lo suficiente, mientras algunas empresas continúan ofreciendo una comida navideña para seguir con una tradición que parece cada vez más perdida.
Lotes de Navidad, regalos envueltos al detalle, el turrón de chocolate, polvorones, un décimo que otro con la esperanza de experimentar un cambio y la ilusión de ver la cara de los más pequeños al ver a los Reyes Magos en sus cabalgatas son algunos de los motivos de que la Navidad siga mereciendo la pena.