El verano es una de las épocas del año preferidas para realizar actividades que durante otras estaciones es imposible, bien por la meteorología o por el tiempo libre. Aunque en Ibiza y Formentera son muchos los que trabajan y disponen de pocas horas de ocio, se suele buscar un hueco para disfrutar en familia de la playa, la piscina o el campo. En este sentido, y dadas las altas temperaturas y la intensidad de radiación solar, es fundamental protegerse de los peligros de permanecer mucho tiempo al sol, de sufrir un golpe de calor o de llevar una alimentación inadecuada que conlleve problemas para nuestra salud.
En este sentido, el Ministerio de Sanidad lanza una serie de consejos para vivir un verano más saludable con unas pocas cuestiones a tener en cuenta. ¿El objetivo? Disfrutar al máximo de la estación más calurosa sin caer en los efectos nocivos que puede tener a corto o medio plazo sobre nuestro bienestar.
Una alimentación adecuada
Beber abundantes líquidos, especialmente agua, es importante para evitar la deshidratación y mantener sana la piel. Es muy recomendable evitar las bebidas alcohólicas especialmente en esta estación del año, así como no abusar de líquidos que contengan cafeína o mucho azúcar.
Consumir diariamente frutas y verduras, pan y otros alimentos procedentes de cereales, legumbres y aceite de oliva. Reducir la ingesta de carnes rojas y procesadas, mucho mejor si las sustituimos por pescados y huevos.
Cuidado con la piel
Escoger un fotoprotector adecuado puede ser la clave para llevar un buen cuidado de la piel. Es recomendable consultar con un especialista para no cometer errores.
Utilizar siempre protección solar. Las nubes no evitan que los rayos lleguen a la piel. Lo recomendable es aplicar el fotoprotector por toda la superficie corporal antes de salir de casa, y repetir cada dos horas y tras el baño.
Vigilar la piel. Hay que estar atento a los lunares y sus posibles cambios (la regla Asimetría-Bordes-Color-Diámetro-Evolución es fundamental).
Protegerse del sol
Evitar ponerse al sol de 12 a 16 horas, momento del día en que las radiaciones son más intensas.
Adaptarse al entorno. En la montaña, por la altitud, hay más riesgo de sufrir quemaduras solares. En la playa, la arena y el agua reflejan las radiaciones incrementando sus efectos sobre la piel.
Buscar la sombra, cubrirse la cabeza con gorros, gorras, pamelas o sombreros y utilizar ropa ligera, de tejidos naturales y de color claro son algunas recomendaciones de los expertos durante el verano.
El uso de gafas de sol homologadas que absorban el 100% de las radiaciones es muy aconsejable y puede evitar problemas como cataratas, glaucoma, etc. Los ojos de los niños también deben ser protegidos, ya que son altamente sensibles.
Picaduras de insectos
Dependiendo de la zona en la que vivamos o, en caso de viaje, que vayamos a visitar, hay que ser precavidos con las picaduras de insectos, que pueden resultar desde simplemente molestas a peligrosas. Se pueden utilizar productos de aplicación antes del contacto como sprays, pulseras, roll-on… La variedad es amplia, se puede consultar en la farmacia.
En Ibiza y Formentera los mosquitos suelen ser uno de los insectos más molestos, especialmente el tigre. Para evitar el aumento de la población de mosquitos, es conveniente vigilar y retirar el agua acumulada de recipientes pequeños, la basura de zonas de vegetación y limpiar la maleza, ya que son los lugares sombríos y húmedos donde crían estos insectos.
La salud también viaja
Recordar llevar la medicación habitual en caso de viaje.
Si la previsión es realizar viajes internacionales hay que consultar, al menos, un mes y medio antes con un Centro de Vacunación. Si a la vuelta surge algún síntoma de enfermedad, consultar al médico.
Los medicamentos deben estar alejados del sol, y hay que tener en cuenta que algunos fármacos pueden ocasionar fotosensibilidad y quemaduras con la exposición al sol.
Personas que requieren más atención
Los niños necesitan beber mucho líquido, no exponerse directamente al sol y estar vigilados permanentemente en zonas de baño.
Hay que tener especial cuidado con los niños durante los baños en piscinas o en la playa; 30 segundos bastan para sufrir un ahogamiento.
Las personas mayores son especialmente sensibles al calor, precisan mayor seguimiento.
Los enfermos crónicos deben protegerse de las altas temperaturas y seguir con su medicación habitual.