Parece ahora que todo en la vida ha de ser una experiencia inolvidable. Si no hay foto del momento, es como si no hubiera existido. Soy la primera que saca la cámara así que poco puedo decir en contra, se lo dejo a quienes me acompañan. Ellos se quejan de mi empeño por inmortalizar cada plato, mueca, vestido, atardecer o evento que me deslumbra.
Reconozco que soy de fácil deslumbramiento pero también reconozco que el día que saco las fotos a relucir, los mismos que me criticaron, me piden que se las envíe. Consumimos fotos, anuncios, reportajes a todas horas. Estamos rodeados de imágenes, de información de mensajes continuos llamando nuestra atención. Además, nosotros mismos producimos nuestras propias historias en las redes sociales que compartimos online con amigos virtuales.
«Hoy todo va un paso más allá. el consumidor manda y posee mucha más información que antes»
Si echamos un vistazo a nuestro alrededor observaremos cómo nuestro súper de siempre se está esforzando porque la foto del día para nuestra historia la hagamos en sus instalaciones y lo hace también la boutique que quiere que compartamos su original escaparate y el restaurante que cuelga letreros llamativos en sus puertas y hasta el diario que busca que sea su noticia la que se envíe a través WhatsApp y no la de otro periódico.
Esto supone un gran esfuerzo para el que lo hace y para el que lo consume. Hace pocos años al no haber un feedback tan rápido y directo, al súper le bastaba con la clientela fija, la boutique se conformaba con ver que la gente se paraba a mirar su escaparate y a los noticieros con saber que sus reportajes eran mejores que los de su competencia. Hoy todo va un paso más allá.
El consumidor manda y aunque lo ha hecho siempre, su exigencia es mucho mayor. Posee mucha más información que antiguamente y eso le da un poder incalculable. El alcance de sus críticas puede ser infinito y estar a la altura no siempre es fácil. Este es un tema, el de las redes sociales, que mantiene alerta a profesionales de todos los sectores. El consumidor es el gran ganador.
Hoy no basta con abrir la persiana y esperar. Hay que atraer, ser diferente, despertar sensaciones y provocar que sea tu foto la elegida. Si quieres saber cómo triunfar en la era multimedia, busca la ensencia de tu negocio, haz que sea único e irremplazable, despierta emociones y consigue que todos quieran inmortalizar el momento en que llegaron a él.