En la variedad está el gusto y en la libertad la alegría. Es por eso por lo que Ibiza crea tendencia. En esta isla no existe lo gris pero sí lo blanco y lo negro. Recordaba con una compañera como, hace unos pocos años, las páginas del Diario de Ibiza recogían la preocupación por el turismo de pulsera, el turismo de poco presupuesto o de baja calidad. Pues bien, ahora estamos llevando el barco, justo hacia el lado contrario.
Lujo y exclusividad, experiencias inolvidables, placeres sublimes, todo tipo de ofertas que estimulan, relajan o ponen a trabajar los cinco sentidos. Si antes la isla era atractiva por su desnudez en el más amplio sentido de la expresión, ahora lo que la hace irresistible es su completa oferta de ocio, los grandes y pequeños restaurantes que son cada vez más numerosos o los imponentes y atractivos diseños Adlib que entre otras muchas vestimentas, la cubren de glamour y deseo de ser visitada. Evoluciona la vida y evoluciona la isla.
«Llega a esa cala sin cobertura, despréndete de tu ropa, desnuda cuerpo y mente, sumérgete en el mar y disfruta»
Hay a quien no le gusta el cambio y también hay a quien le asusta. La vida va rápido y cada vez corre más y por eso de una temporada a la siguiente Ibiza se transforma hasta llegar a ser irreconocible para los románticos de los años sesenta. Los ojos que la miran y la juzgan ahora tienen una perspectiva diferente. De hecho, suelen hacerlo a través de una pantalla en forma de selfie, history o boomerang. Pero si la isla está irreconocible más lo estamos nosotros que ya no sabemos disfrutar de una puesta de sol sin fotografiarla, ni de una noche de amigas sin compartirla con las que no están.
Al final estamos todos en la misma rueda, en la sobrestimulación, en búsqueda de la excelencia, de la mejor foto, del mejor post. Un poco estresante si lo que has venido a hacer en Ibiza es desconectar, por lo que si alguien no lo consigue porque cada rincón le parece idóneo para ser fotografiado, la mejor recomendación que se puede hacer es: Llega a esa cala sin cobertura, despréndete de la ropa que te cubre, desnuda el cuerpo y la mente, sumérgete en el mar y disfruta porque volviendo al comienzo de este artículo, si en la variedad está el gusto y en la libertad la alegría, creo que de gusto vamos sobrados y lo que tenemos que cuidar nuestra libertad pues sin ella todo pierde el sentido.