Que a estas alturas, cuando estamos a punto de estrenar temporada alta continuáramos combinando el bikini con el plumas, nos tenía preocupados. Por fortuna y según las previsiones meteorológicas de los próximos días, esta historia se ha acabado. Podemos ya guardar las mangas largas y los vaqueros y sacar las chanclas y el bañador. Mi armario lleva dos meses con un irremediable overbooking pues aunque junio esté bastante avanzado, el calor parecía que no acababa de llegar. Al fin la luz. Ya podemos hacer hueco, planes y prepararnos para hacer caja. La caja, que hasta ahora muchos negocios y chiringuitos no han podido hacer por miedo al chaparrón.
«Solo queda que las empresas de servicios también acompañen la desestacionalización y no echen la persiana antes de tiempo»
El calor este año nos va a apretar con más gusto que nunca. «Sí, hace calor pero ya tocaba», escuché que le respondía un repartidor a una dependienta en una tiendecita del puerto de Ibiza. Todos estábamos esperando que llegara el buen tiempo, pues sin calorcito la vida cíclica de las Pitiüses se desestabilizaría. Hay quien tiene la teoría de que la temporada se alargará gracias a este cambio de clima, pues piensan que el buen tiempo se mantendrá hasta bien pasado el mes de noviembre. Es una gran teoría, pues nos beneficia a todos. A los que no pueden disfrutar de las playas durante los meses de verano y a los que quieren visitarnos sin grandes acumulaciones, ya que tendrán más tiempo para hacerlo.
Solo queda que las empresas de servicios también acompañen a esta desestacionalización y no echen la persiana con la recaudación de verano. Las islas llevan tiempo deseando desestacionalizar el turismo. Si consiguiéramos llegar a diciembre con las chancletas puestas y celebrarlo en un restaurante de la Bahía de Sant Antoni, o de la zona del Puerto Deportivo de Santa Eulalia o del puerto de Ibiza sin sentirnos en un pueblo abandonado, entonces el deseo de muchos se habrá cumplido.
Por el momento, disfrutemos del calor que al fin ha llegado, de la noche más corta del año, de las hogueras de Sant Joan, de las playas aún sin abarrotar, de los buenos restaurantes y de sus manjares, de las noches a la luz de las velas y de las visitas que llegan con las mismas ganas que nosotros de aprovechar el verano y el buen ambiente que se respira en Ibiza y Formentera.