La respuesta a esta pregunta, la del titular, parece bastante obvia, sin embargo, cuando se formula de manera diferente: ¿qué es lo que habrás hecho por este mundo el día en que mueras?, la cosa cambia. Hace ya unas semanas desde que un amigo me hizo esta pregunta y no para de dar vueltas en mi cabeza. En realidad todos queremos vivir en un mundo mejor. Todos queremos que nuestros hijos, sobrinos y nietos vivan en un planeta sano pero ¿qué hacemos para conseguirlo?, ¿es reciclar la basura una respuesta suficiente?. Recibía hace un par de días uno de estos vídeos virales en el que un humilde pescador canario rezaba «nosotros estamos acabando con este mundo porque no estamos haciendo nada sino al contrario, estamos destruyéndolo. Sacándole materiales, inyectándole plástico, haciendo miles de cosas que no debemos hacer».
«El dinero no nos servirá de nada una vez muertos. Me doy cuenta de que no estoy tranquila ante estas cuestiones»
La siguiente pregunta es ¿por qué? La única respuesta, la única razón que tenemos es «por nosotros». El egoísmo, la obsesión capitalista de tener y retener sin importar quién venga detrás. No quiero que se malinterprete, no quiero parecer radical ni mucho menos, solo me gustaría que esta columna haga pensar y reflexionar. Considero mucho más importante poder responder con seguridad y tranquilidad a la pregunta que me tiene ocupada estos días, que cualquier otra cosa, pues desde que llegó a mi cabeza retumba como una canción pegadiza. » El planeta es vida», dice el que canario que reconoce no tener estudios: «no amen la plata, amen la vida». No hace falta ser ingeniero para llegar a esta conclusión, lo que sí hace falta es tomarse un tiempo, pararse, reflexionar y preguntarse ¿qué es lo que me voy a llevar a la tumba? El dinero no nos servirá de nada una vez muertos. «¿Por qué afanarse en cosas tan grandes y no hacerlo por la vida?». Sigo viendo el vídeo y sigo pensando que son obviedades y sin embargo no dejan de inquietarme, no puedo dejar de pensar en si estoy haciendo lo mejor que puedo. Es difícil de responder pues aunque siempre he creído que sí, de repente me doy cuenta de que estoy muy lejos de sentirme tranquila cuando me enfrento a estas cuestiones.