SUBDIRECTOR GENERAL DE CONTENIDOS DE PRENSA IBƉRICA PARA CATALUƑA Y BALEARS EXDIRECTOR DE DIARIO DE IBIZA (1994-2016)

125 aƱos de confianza

Para examinar los Ćŗltimos 125 aƱos de la historia de Ibiza y Formentera no encontraremos mejor atalaya, ni laboratorio mĆ”s preciso ni documentaciĆ³n mĆ”s completa y minuciosa que la hemeroteca de Diario de Ibiza, esa crĆ³nica de grandes y pequeƱos acontecimientos que han jalonado la vida cotidiana de las PitiĆ¼ses desde 1893. Si exceptuamos a la Iglesia y a los ayuntamientos, no hay en nuestras islas una entidad viva con trayectoria tan prolongada ni con mayor repercusiĆ³n social durante tanto tiempo como ha tenido Es Diari.

A lo largo de este siglo y cuarto que ahora conmemoramos, Diario de Ibiza ha cumplido una funciĆ³n trascendental como fedatario de las vicisitudes de nuestra comunidad insular, pero ha sido ademĆ”s valedor de sus intereses, portavoz de sus inquietudes y modesta ventana colectiva al mundo exterior. Evocar el pasado es indispensable para comprender el arraigo social que ha logrado Es Diari y para explicar su saludable longevidad. Diario de Ibiza ha estado cada dĆ­a en los hogares de muchas generaciones de ibicencos y formenterenses, en sus lugares de trabajo y de ocio, ha compartido sus mismas tribulaciones en las etapas de penuria y ha progresado con ellos en las Ć©pocas mĆ”s recientes de prosperidad, asĆ­ que la posiciĆ³n que ocupa como medio informativo de referencia para los ciudadanos pitiusos no es casual ni ocasional, sino fruto de un esfuerzo tenaz y continuado de muchĆ­simas personas ā€“editores, empleados, colaboradoresā€“ para ganarse el respeto de los lectores, que son nuestra razĆ³n de ser y nos siguen honrando hoy con su fidelidad.Ordenador, mĆ³vil, tĆ”blet, Diario de Ibiza

Diario de IbizaEl robusto vĆ­nculo de confianza trabado durante aƱos con los lectores ha permitido al Diario sobrevivir a guerras, revoluciones, dictaduras y situaciones crĆ­ticas de todo tipo; las incertidumbres que en estos tiempos se ciernen sobre los periĆ³dicos no dejan de ser una peripecia mĆ”s en ese tempestuoso mar de acontecimientos que le ha tocado afrontar en toda su vida. Pero si ha llegado hasta aquĆ­ es tambiĆ©n porque ha sabido adaptarse a la evoluciĆ³n de los tiempos, unas veces con retraso y otras incluso con cierta anticipaciĆ³n: durante la mayor parte del siglo XX sĆ³lo pudo implantar tardĆ­amente las mejoras introducidas en los procesos tĆ©cnicos de producciĆ³n e impresiĆ³n, pero ya en 1998 fue pionero en Balears en dar el salto a la Red y tener una ediciĆ³n on line en Internet. Ahora encara los desafĆ­os del mundo actual para seguir respondiendo cada dĆ­a a las exigencias de los lectores del siglo XXI, que ya no son meros receptores pasivos de noticias, sino miembros activos de una sociedad de la informaciĆ³n globalizada e hipercomunicada.

Hace ya tiempo que Diario de Ibiza, con el impulso de Prensa IbĆ©rica, su grupo editorial, viene desarrollando una estrategia de transformaciĆ³n digital para convertirse en una factorĆ­a de contenidos multimedia que se distribuyan a travĆ©s de todos los canales y soportes que usan los lectores hoy en dĆ­a, desde el periĆ³dico en papel hasta las redes sociales. Esta apuesta de futuro, que es ya una exigencia ineludible del presente, ha reforzado aĆŗn mĆ”s su liderazgo informativo en las PitiĆ¼ses; darĆ© sĆ³lo un dato: la audiencia que acumula cada dĆ­a la web del Diario es mĆ”s del triple de la que la suman los demĆ”s periĆ³dicos digitales de nuestras islas juntos y seis veces mayor que la del que ocupa la segunda posiciĆ³n.

La mutaciĆ³n que ha propiciado el nuevo ecosistema digital en los medios de comunicaciĆ³n introduce nuevas narrativas, obliga a los periodistas a actualizar constantemente sus competencias y habilidades, modifica la organizaciĆ³n del trabajo e introduce nuevas herramientas tecnolĆ³gicas, pero en el fondo todo esto, con ser importante, no deja de ser accesorio. En este mundo de frenĆ©tica interactividad virtual que prima las simplificaciones que caben en un tuit y desprecia los argumentos complejos o los matices imprescindibles para comprender la realidad, donde la fabricaciĆ³n y divulgaciĆ³n sistemĆ”tica de noticias falsas se ha convertido en una prĆ”ctica habitual a todos los niveles, usada incluso como estrategia de desestabilizaciĆ³n en el tablero geopolĆ­tico mundial, es mĆ”s necesario que nunca cultivar honestamente el buen periodismo. MuchĆ­simos aƱos antes de que apareciera Internet y las redes sociales se convirtieran en grandes propagadoras de bulos, Mark Twain ya alertaba de que es mĆ”s fĆ”cil engaƱar a la gente que convencerla de que ha sido engaƱada, pero desde luego no habrĆ” posibilidad alguna de combatir el engaƱo si no existe una prensa comprometida capaz de hacer informaciĆ³n de calidad.

Ā«EN ESTA SOCIEDAD GLOBALIZADA E HIPERCONECTADA ES MƁS NECESARIO QUE NUNCA CULTIVAR EL BUEN PERIODISMOĀ»

La revoluciĆ³n tecnolĆ³gica ha multiplicado los canales de comunicaciĆ³n y ha facilitado el acceso a infinidad de fuentes y datos, pero no ha cambiado en lo mĆ”s mĆ­nimo la esencia de la funciĆ³n periodĆ­stica, que no es otra que proporcionar a los ciudadanos informaciones de interĆ©s, verificadas, analizadas en todos sus aspectos, bien contextualizadas y completas, independientemente de cuĆ”l sea finalmente el soporte en que despuĆ©s sean presentadas. Con rigor y responsabilidad siempre, ya sea en una sencilla noticia breve o en el reportaje mĆ”s extenso, porque, como bien apuntaba Einstein, aquel que es descuidado con la verdad en asuntos pequeƱos no puede ser confiable en asuntos importantes.

La prensa de calidad se ha visto debilitada en los Ćŗltimos aƱos por la caĆ­da de los ingresos publicitarios, el trasvase de lectores de las ediciones impresas de pago a las digitales gratuitas y la resistencia de los usuarios a pagar por unos contenidos que cuesta mucho elaborar, pero su gran potencial, la fuerza que le da solidez y garantiza su futuro, sigue siendo la credibilidad, una virtud que, tal como escribiĆ³ el periodista colombiano Guillermo Cano, asesinado por el narcotrĆ”fico cuando era director del diario El Espectador, contiene los valores fundamentales del trabajo periodĆ­stico: Ć©tica, moralidad, responsabilidad, veracidad y objetividad. En Ćŗltimo tĆ©rmino, la credibilidad es, por encima de todo, la capacidad de inspirar confianza a quienes buscan fuentes fiables para conocer e interpretar la realidad de su entorno. Nada mĆ”s y nada menos. Ese ha sido, es y seguirĆ” siendo el objetivo irrenunciable de Diario de Ibiza.

Joan Serra Tur
Joan Serra Tur
Subdirector General de Contenidos de Prensa IbƩrica para CataluƱa y Balears. Exdirector de Diario de Ibiza (1993-2016)