Los periódicos triunfan o fracasan, prosperan o sucumben, por la calidad de su información y su capacidad de ser útiles a sus lectores, adaptándose a sus intereses. Las tiendas de ropa cambian su género al cambiar la temporada y las marcas de automóviles renuevan sus coches cada par de años. Pero los diarios deben reinventarse cada dÃa, porque cada dÃa deben pasar el examen del quiosco, donde el lector exige a su diario lo mejor de sà mismo.
La mejor información: veraz, interesante y bien editada, ésa es la base de un buen periódico. ¿Y el diseño? También cumple su papel: debe ser el vehÃculo para que esta información se estructure de la manera más lógica, legible y ordenada posible, para que el diario tenga su identidad propia inconfundible y para que resulte atrayente a la vista sin dañar jamás su función informativa. Con estas tres ideas se afrontó en 2004 el rediseño de Diario de Ibiza.
No pretende ser éste un diario de golpes de efecto sino de periodismo y diseño razonable, cercano y preciso, que vele por la información más próxima, ese espacio en el que nunca nos harán sombra los periódicos nacionales. Buscamos más serenidad y elegancia tipográfica, revalorizando el papel del texto y reforzando el impacto de la imagen. De todas maneras el nuevo Diario de Ibiza le recordará mucho al anterior, en sus aciertos y peculiaridades. De eso se trataba. Pero, a la vez, pretende renovar sus recursos gráficos para anticipar las necesidades de un lenguaje periodÃstico en plena evolución que busca, cada vez más, nuevas maneras de explicar la actualidad.