TERESA DÍEZ
Valencia
El cariño y la fidelidad que proporciona el tener un animal en casa no es algo a lo que hay que renunciar conforme nos vamos haciendo mayores. Precisamente, en esta etapa es cuando el organismo experimenta algunos cambios que pueden tener efecto tanto a nivel físico como psicológico, por lo que compartir nuestra vida con un animal contribuirá a mejorar nuestro bienestar en ambos casos.
Muchas personas mayores que disfrutan de la compañía de una mascota en casa, afirman que les hacen sentirse «necesarias y activas». Esto es debido a que, conforme nos adentramos en esta etapa de la vida, se abandonan rutinas y responsabilidades, por lo que tener una mascota a cargo puede ayudar a mantenerse activo física y socialmente, entre muchas otras ventajas.
A continuación, Kiwoko nos habla de los principales beneficios que tiene una mascota en el día a día de las personas de la tercera edad.
Estimula la actividad física
Contar con un compañero peludo, especialmente si es un perro, contribuye a fomentar el ejercicio gracias a los paseos y juegos diarios que requieren estos animales. Es importante estudiar qué raza de perro encaja más con el estilo de vida y capacidades de la persona, para que puedan convertirse en grandes compañeros. Por ejemplo, los cachorros tienen mucha más energía que perros de más edad, y hay razas con carácter más tranquilo, que se adaptan mejor a una vida más casera.
No importa el tipo de mascotas, todas tienen efectos positivos en el estrés de los dueños
Menor sensación de soledad
Compartir el día a día con una mascota proporciona mucha compañía, y ayuda a mitigar el síndrome del nido vacío, que afecta a muchos de nuestros mayores cuando los hijos abandonan el hogar, o cuando se jubilan, ya que sus hábitos y rutinas cambian por completo. Además, en el caso de los perros, salir con ellos a pasear es una actividad que permite socializar y relacionarse con otras personas, consiguiendo así compañía tanto dentro como fuera de casa.
CONSEJO
¿Qué hacer si tu perro está empachado?
La comida es uno de los mayores placeres de las mascotas, pero comer mucha cantidad puede causarles empacho o indigestión. Un animal indispuesto presenta vómitos y diarreas al poco de comer o incluso sin haber consumido ningún alimento. También se encontrará desganado y sin fuerzas. Una vez percibido el estado del animal, deberá estar en ayuno doce horas para que el estómago repose. De lo contrario, volverá a vomitar. Pasado ese tiempo, si la situación mejora ofrécele un poco de comida. Si no quiere comer, no le obligues. Poco a poco el estómago irá recuperando su funcionamiento y podrá comer su ración habitual. Es frecuente que el animal se deshidrate por los vómitos y diarreas, por lo que es conveniente que disponga de agua.
Pasados 2-3 días, los síntomas deberían remitir.
Contra la tristeza y la depresión
Está demostrado que convivir con una mascota reduce la sensación de tristeza y depresión en las personas mayores. Volver a sentirse útiles al cuidar de un animal es un gran aliciente para ellas, ya que muchas veces se sienten apartadas y poco necesarias. Una mascota requiere atención y cuidados, pero, en este caso, un mayor que cuida a un animal cuida también de sí mismo.
Velan por la seguridad de su amo
Las personas mayores con alguna limitación de sus capacidades corren un riesgo añadido en su seguridad. En este caso, los perros entrenados pueden ser de gran ayuda, ya que pueden dar una señal de alerta si se da determinada situación (suena el teléfono, algo se quema, el dueño se encuentra en peligro, e, incluso, en algunos casos, detectar enfermedades).
Reducen el estrés
No importa el tipo de mascota ni el estado de salud del amo, todas tienen efectos positivos en el estrés de los dueños. Ya sea observando nadar los peces, escuchando el ronroneo de un gato o el piar de los pájaros, los niveles de ansiedad y estrés se reducen y ayudan a contribuir a la sensación de bienestar.
Tener un amigo peludo en casa es una decisión que debe meditarse y ser tomada con todas las consecuencias y con el asesoramiento de un experto. El cariño de los animales reforzará la salud y autoestima de nuestros mayores, convirtiéndolos en compañeros inseparables durante mucho tiempo.