25 años
Abel Matutes Juan anunció a Diario de Ibiza el 26 de marzo de 1993 que dos años más tarde, cuando finalizara su mandato como comisario europeo, abandonarÃa la polÃtica activa. La pasiva no, como se ha podido comprobar desde entonces.
Rechazaba asà la petición que le habÃa hecho el Partido Popular para que encabezara la lista de candidatos al Congreso por Balears en las próximas elecciones legislativas. «La polÃtica es apasionante, pero ahora necesito dedicarme a la familia y a mis empresas», comentó al periódico. Advirtió, eso sÃ, que si bien no estarÃa en «primera lÃnea», algo harÃa por Eivissa. No paró.
«La polÃtica es apasionante, pero ahora necesito dedicarme a la familia y a mis empresas», comentó Matutes al periódico
El 28 de marzo, Diario de Ibiza informaba de que el incinerador del hospital Can Misses estaba averiado desde el mes de noviembre, de manera que los 50 kilos de residuos tóxicos que se generaban diariamente en el centro hospitalario se quemaban en un pozo al aire libre. Unas 7,5 toneladas desde que se estropeó.
Malos dÃas para el Insalut (actual Ib-Salut), que además fue condenado aquellas jornadas a pagar 35 millones de pesetas (junto a un laboratorio) a los familiares de una mujer fallecida como consecuencia de la inoculación, en un antiguo ambulatorio de la isla de Ibiza, de un derivado sanguÃneo que estaba contaminado con el virus del sida.
50 años
Adhesión y lealtad de Es Diari al 1 de abril. HabÃan pasado casi tres décadas pero casi todo seguÃa igual. El 31 de marzo de 1968, Diario de Ibiza dejaba por escrito su «adhesión y su lealtad a S. E. el Jefe del Estado y a las Leyes Fundamentales» con motivo de la celebración del 1 de abril. «Mañana, con España venturosamente en paz, vamos a celebrar el DÃa de la Victoria», una fecha «entrañable e inolvidable», que fue cuando acabó la Guerra Civil tras quedar el Ejército Rojo «cautivo y desarmado». «En aquel 1 de abril de 1939 están todas las esperanzas para esta España en trance de total institucionalización y también todas sus exigencias, todos sus entusiasmos, que no perecen».
Justo aquel 31 de marzo, Manuel Fraga Iribarne, a la sazón ministro de Turismo, se acordaba de las Pitiüses: «No habrá ley autorizando el juego en España mientras yo sea ministro. No hay que pensar solamente en los ingresos que podrÃan obtener San Sebastián o Ibiza. No podemos vender el alma al diablo. Conozco, además, el pensamiento del Caudillo sobre esta cuestión». Franco y Fraga, el látigo del demonio.
75 años
Marcha para celebrar el dÃa de la Victoria. Falange estaba dispuesta a celebrar como Dios manda el 1 de abril, dÃa de la Victoria. El Frente de Juventudes organizó para esa jornada de 1943 una marcha de todos los alumnos de la ciudad y de sus profesores por las calles en la que cantarÃan «himnos patrióticos y cantos populares». Ya por la tarde, a eso de las tres, los afiliados al Frente de Juventudes debÃan pasar por el Portal Nou para jugar un partido de baloncesto, mientras que una hora más tarde se celebrarÃa en el Teatro (ya no era llamado Pabellón) Serra un concurso de cantos: «En ese acto se explicará a los asistentes el significado del dÃa de la Victoria», comunicaba Falange a través de la página que diariamente tenÃa asignada en Es Diari. «No dudo que Ibiza, que ha dado siempre muestras de su patriotismo, se asociará con entusiasmo, engalanando los balcones con colgaduras, cerrando los comercios, paralizando los trabajos y asistiendo a los diversos actos dispuestos, en justo homenaje al Glorioso Ejército y al Caudillo», comunicaba el 31 de marzo Francisco Ferrer, delegado gubernativo. Clara advertencia de que para el 1 de abril se deseaba una adhesión inquebrantable de la población.
100 años
Silencio y sensación de soledad. El «digno y celoso», según Es Diari, alcalde de Vila transmitió «la orden» de que durante esa Semana Santa «se siguiera la tradicional costumbre» de consagrar aquellos dÃas «con la ausencia de todo vehÃculo» por las calles, asà como con la «suspensión del público mercado». Ambas fueron «rigurosamente cumplidas» por la población. Según la crónica del 28 de marzo de 1918, Jueves Santo, «el relativo silencio y sensación de soledad» favoreció la celebración de los «hechos histórico-religiosos» conmemorados aquellas jornadas. Tuvo un «éxito grandioso» la visita a los sagrarios de las iglesias de la ciudad.
Pero la vida seguÃa su curso y la satisfacción era mayúscula ante la llegada de los artistas que, llegados desde Barcelona, formaban el fabuloso Troupe Diavolo: «Que de tanta fama viene precedida y que ejecutará sus difÃciles y asombrosos ejercicios» en el «elegante» Pabellón Serra. En el Teatro Pereyra (curioso, pero 100 años más tarde ya no existe ninguna de las dos salas), mientras tanto, actuó el Cuadro escénico ibicenco, en el que sobresalió un joven llamado Carlos Bertazioli.