Hasta bien avanzado el siglo XX, los textos de Diario de Ibiza se componían aún con el mismo sistema artesanal de las primitivas imprentas empleado durante los quinientos años precedentes: formando las palabras con pequeñas letras metálicas de relieve invertido, colocadas a mano una a una y agrupadas dentro de cajas de madera; el armazón de líneas y columnas resultante se impregnaba luego de tinta y las hojas de papel se prensaban sobre él para que los textos quedaran impresos y legibles. Este laborioso pero eficaz método, inventado hacia 1440 por el herrero y orfebre alemán Johannes Gutenberg, era ya rudimentario en los años treinta de la pasada centuria, pero en el siglo XV revolucionó la divulgación del conocimiento, al permitir la producción masiva de libros, que hasta entonces eran siempre manuscritos, lenta y cuidadosamente copiados a mano en monasterios y palacios por encargo del clero o la aristocracia.
La composición manual de los textos, el aislamiento de la isla, las penurias de algunas épocas y los escasos recursos económicos de los editores limitaban enormemente la paginación de Diario de Ibiza, que durante la primera mitad de su vida rara vez superó las cuatro páginas diarias. Las primeras máquinas de composición mecánica no llegaron hasta 1963, eran unas linotipias Mentype y Linotype que, provistas de un gran teclado y una serie de moldes de letras del mismo tamaño, y mediante un complejo proceso denominado de ‘metal caliente’, fundían en plomo y estaño los caracteres de cada línea completa de texto en una sola pieza metálica, de ahí el nombre de estos artilugios. Aunque habían sido inventados nueve años antes de la aparición de Diario de Ibiza, no llegaron al periódico ibicenco hasta ochenta años más tarde. Para los titulares, que requerían caracteres de mayor tamaño que los usados para los textos, había una linotipia especial, la Nebytipe.
La composición electrónica y la primera rotativa llegaron en 1975
Llega la electrónica
Las linotipias revolucionaron la producción de los diarios al hacer mucho más rápida la composición de los textos y requerir menos cajistas en las imprentas, aunque a comienzos de los años 80 desaparecieron definitivamente de los periódicos, relegadas por los nuevos sistemas de composición electrónica, mucho más reducidos, económicos y eficaces, y por el sistema de impresión de litografía offset, que Diario de Ibiza incorporó en 1975 al inaugurar su primera rotativa. Así llegaron a Diario de Ibiza las primeras IBM, una evolución de las máquinas de escribir eléctricas ya existentes, que podían funcionar con una variada gama de tipografía gracias a unas pequeñas esferas de acero intercambiables que contenían todos los caracteres de cada tipo de letra. Las primeras IBM de Diario de Ibiza tenían ya una mínima memoria para almacenar párrafos enteros y permitían ajustar a voluntad el ancho de las columnas de texto, que se escribían en folios convencionales, a modo de galeradas; después de ser corregidos, esos textos se recortaban y pegaban manualmente sobre hojas de papel del formato del diario. Los recuadros y filetes separadores se trazaban a mano con rotuladores o estilógrafos de dibujo técnico, usando reglas, escuadras y cartabones; para los titulares se empleaba un pesado armatoste electrónico que permitía usar varios tipos y tamaños de letra; las frases tecleadas iban a parar a una tira de papel fotográfico depositada en cartuchos metálicos, que había que revelar con una procesadora en el interior de un cuarto oscuro, para después recortarlos y pegarlos sobre los textos.
Una vez compuesta y montada cada página con sus textos, titulares, anuncios e imágenes, se fotografiaba para obtener un fotolito a tamaño real; luego, mediante un procedimiento de insolación, los fotolitos quedaban grabados sobre las planchas metálicas que se colocaban en la rotativa para imprimir el periódico.
la irrupción de los ordenadores revolucionó todo el proceso de producción de los periódicos
La llegada de las máquinas de composición electrónica supuso la rápida desaparición de las linotipias y también de los linotipistas, reconvertidos o sustituidos por teclistas que desempeñaban la misma función: volver a escribir los originales que les entregaban los periodistas y colaboradores. Pero la evolución de la tecnología comenzó a quemar etapas vertiginosamente: las novedades técnicas tenían una vida cada vez más corta, superadas al cabo de poco tiempo por otras que venían a mejorar sus prestaciones y abaratar los costes. Así, a mediados de los años ochenta entraron en la redacción los primeros ordenadores, con sus arcaicos editores de textos, de manera que el trabajo de los teclistas que transcribían los textos se hizo casi innecesario porque los periodistas ya los introducían directamente en sus terminales. Luego se fueron informatizando los demás procesos de edición y, con ello, desaparecieron labores y funciones estrictamente manuales.
El salto tecnológico
Pero el gran salto tecnológico de Diario de Ibiza se produjo a partir de 1991, cuando el rotativo ibicenco fue adquirido por el grupo Prensa Ibérica (EPI), su actual editor. Hasta entonces, las innovaciones en la tecnología empleada para la producción habían llegado a Ibiza con mucho retraso, casi cuando ya estaban en declive en los medios más avanzados del sector de la prensa, pero EPI dotó inmediatamente al periódico de los equipamientos y programas informáticos más modernos para los trabajos de redacción y preimpresión, con ordenadores Apple Macintosh, y renovó por completo su rotativa, incorporándole además un nuevo cuerpo que permitía imprimir cuatro páginas a todo color. Años más tarde, ya bien entrado el siglo XXI, Prensa Ibérica construyó una gran planta de impresión en el polígono industrial de Montecristo que está en servicio desde 2008 y acoge una avanzada rotativa KBA, en la que no sólo se imprime Diario de Ibiza sino toda la prensa editada en la isla e incluso algunas cabeceras de ámbito nacional.
los avances tecnológicos han producido constantes innovaciones en pocos años
El nuevo entorno informático instalado en 1991 era más práctico y versátil, pues los redactores podían escribir directamente en sus pantallas sobre las maquetas de las páginas diseñadas y modificadas también informáticamente, sin necesidad de introducir la interminable sucesión de comandos que gobernaban los anteriores editores de textos.
Varias generaciones de ordenadores Apple prestaron servicio en Diario de Ibiza durante casi un cuarto de siglo, hasta que en enero de 2017 los sistemas informáticos de todos los diarios de Prensa Ibérica se unificaron sobre plataformas de PC, aunque manteniendo los mismos programas de autoedición y producción. Por el camino continuaron las innovaciones que simplificaban y agilizaban los trabajos de preimpresión: con la irrupción de la fotografía digital, desapareció el laboratorio de revelado y dejaron de multiplicarse los archivadores que almacenaban fotos en papel, negativos y contactos; las páginas dejaron de imprimirse en fotolitos para hacerlo directamente sobre las planchas de impresión, y se digitalizó la hemeroteca histórica del Diario, de manera que para la consulta de informaciones publicadas con anterioridad ya no era necesario acudir continuamente a los tomos encuadernados o al visor de microfichas, sino que cualquier redactor puede localizarlas en décimas de segundo desde su propio ordenador.
DEL TELEGRAMA AL SATÉLITE
El compromiso primordial de Diario de Ibiza desde su nacimiento ha sido con la actualidad de Ibiza y Formentera, pero sin descuidar nunca las principales noticias nacionales e internacionales, cuya recepción fue durante décadas una tarea complicada.
Hoy en día la información escrita y audiovisual puede ser transmitida a todo el mundo de manera instantánea con suma rapidez, pero las facilidades de ahora son muy recientes. En sus primeros años, a finales del siglo XIX y primeros del XX, las noticias de España y del mundo llegaban al Diario en telegramas, unas comunicaciones muy escuetas; con los escasos datos que contenían, los redactores de Es Diari tenían que poner luego grandes dosis de imaginación y habilidades retóricas para construir textos más extensos que hicieran honor a la importancia de los acontecimientos. Con la aparición de la radio y la llegada de los primeros receptores a la isla, las emisiones de las principales emisoras peninsulares se convirtieron en una nueva fuente de noticias y datos para el periódico.
La agencia de noticias Efe, creada por el Gobierno franquista al final de la guerra civil española, se convirtió después de la contienda en el principal suministrador de información, aunque completamente mediatizada por la censura y las oficinas de propaganda de la dictadura. En los primeros años su servicio llegaba por morse (el mismo código de señales acústicas -puntos y rayas- empleado inicialmente para el telégrafo) a través de un receptor de ondas de radio construido artesanalmente por uno de los primeros técnicos ibicencos en electrónica; el aparato funcionaba con pilas para librarse de los frecuentes cortes en el suministro eléctrico que sufría la ciudad. Varias personas que por su experiencia laboral o militar eran conocedoras de ese código de comunicaciones telegráficas se turnaron en la redacción del diario para recibir y transcribir las noticias de Efe, hasta que llegó un teleimpresor ‘Hell’ que descifraba automáticamente el morse y escribía el texto sobre una estrecha cinta de papel, aunque con frecuentes errores a causa de la mala recepción de la señal, ya sea por interferencias radiofónicas o por fenómenos atmosféricos adversos. Reconstruir los textos podía ser, en algunos casos, una labor compleja e incluso arriesgada, teniendo en cuenta el férreo control que ejercía la censura.
Treinta años de teletipos
En 1966, con la mejora de los enlaces telefónicos entre Ibiza y la Península, Diario de Ibiza pudo instalar su primer teletipo, que imprimía directamente sobre papel los textos que transmitía la agencia Efe desde Madrid. Con líneas telefónicas de mayor o menor calidad y con impresoras más o menos veloces, los teletipos estuvieron en servicio hasta mediados de los años noventa, cuando las transmisiones de las agencias informativas se integraron directamente en el sistema informático de la redacción. Poco después, para ganar velocidad y seguridad, la recepción de la señal de las agencias pasó a ser vía satélite, hasta que las nuevas tecnologías de la comunicación y las líneas ultrarrápidas de fibra óptica revolucionaron las transmisiones y de la recepción por satélite se pasó a la conexión a través de internet.
El 14 de noviembre de 1998, 105 años después de su nacimiento, Diario de Ibiza lanzó a la Red su edición digital (www.diariodeibiza.es), rompiendo así las barreras geográficas y de tiempo que tenía la versión en papel. Desapareció la limitación geográfica porque hasta entonces Es Diari era un periódico local que se distribuía únicamente en Ibiza y Formentera y, a lo sumo, llegaba por correo postal a varias decenas de suscriptores que residían fuera de las Pitiüses, pero a partir de ese momento la información del periódico era accesible desde cualquier rincón del mundo con una conexión a Internet. Y cayó también la limitación del tiempo porque desde ese día de 1998 las noticias pueden ser actualizadas o ampliadas en cualquier momento en la edición digital, cuando en la impresa sólo podía hacerse cada 24 horas.
Diario de Ibiza sigue adaptando cada día su trabajo a la demanda de los lectores y a sus nuevos hábitos. Hace tiempo ya que no es sólo un diario, sino un medio de comunicación que produce contenidos y los suministra a sus lectores por la plataforma que elijan en cada momento, ya sea el periódico impreso, un ordenador, tableta o teléfono móvil.