La temporada más atrevida

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Ester Vila
Ester Vila
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«Si Lío fuese un cuadro sería ‘El jardín de las Delicias’, de El Bosco; si fuese una canción sería ‘Devórame otra vez’ y si fuese una película sería ‘La Grande Bouffe’, de Marco Ferreri». Este concepto es precisamente el que inspira toda la oferta de este año y la sintetiza en un compendio de emociones, licencias y sensaciones, con la diferencia de que, en lugar de a Marcello Mastroianni, uno puede encontrarse a Michael Jordan.

En torno al universo de ‘La Grande Bouffe’ y con el hilo conductor del disfrute sensorial más puro y libre, Lío abrió temporada en mayo con una programación completa y única de baile, música, espectáculo y cocina para abrir boca, enamorar y de la que disfrutar hasta el 8 de octubre.

 

Nuevo protagonista: la cocina

Este año la gastronomía forma parte de la temática y es más protagonista si cabe, pero siempre ha sido parte esencial de Lío. ¿El resultado? Una experiencia sensorial absolutamente sublime y armonizada que hará soñar despierto, durante unos instantes, al espectador y a la vez comensal de Lío.

cada creación gastronómica de lío es una pieza de arte que cuenta una historia y que provoca una emoción

Josetxo Arrieta y Jordi Grau forman el tándem que elaboran una delicia de 27 platos, entre los que se encuentran un pan chino relleno de caviar y queso, un delicado plato de rodaballo salvaje con azafrán y texturas de alcachofa que homenajea al bullit de peix ibicenco o un coco que es todo menos lo que parece. Juntos han sintetizado y fusionado sus propias cocinas «contradictorias» de tradición y vanguardia, respectivamente, para crear la exclusiva carta de Lío.

En torno al universo de ‘La Grande Bouffe’ y con el hilo conductor del disfrute sensorial más puro y libre, esta temporada 2018 Lío enamorará y hará disfrutar hasta su cierre el 8 de octubre.

La sorpresa está servida y la propuesta de estos dos cocineros de altura garantiza un éxtasis de placer gastronómico que permanecerá en el recuerdo de los 550 comensales que cenan cada noche en su sala.

Tal y como confirman los chefs: «Buscamos la locura, el arrebato y los pelos de punta cada noche. Esa emoción que es Lío y que es nuestra cocina».

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